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Cultura

El CSIC tendrá listo este otoño el informe que decidirá si se abre Altamira

  • La cueva lleva siete años cerrada al público siendo objeto de estudio

Los especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) prevén entregar hacia el 15 de noviembre el informe sobre los estudios realizados en la cueva de Altamira en los siete años que lleva cerrada al público. Entonces, se abrirá un proceso de trabajo y reflexión para definir el futuro de la cavidad y decidir si continúa cerrada o se permite su reapertura, en definitiva, "qué es sensato y qué es razonable hacer" con la cueva.

Así lo explicó ayer el director del Museo Altamira, José Antonio Lasheras, que es partidario de que la cueva pueda ser disfrutada en alguna medida por los ciudadanos, ya que, a su juicio, el patrimonio lo conservamos "para utilizarlo".

"A mí me gustaría saber que todos tenemos la opción de entrar en Altamira. Desearía que la cueva pudiera ser visitada, si no todos los días o meses del año, sí algunos, y si no por muchas personas, aunque sólo sea por unas pocas. Pero que todos tengamos la opción teórica de entrar, aunque sólo algunas personas tengan la opción práctica", afirmó en una entrevista en RNE .

Lasheras será una de las voces que participarán en el debate sobre la reapertura o no de la cueva, que se sustentará en las conclusiones del estudio del CSIC y en el que intervendrán las instituciones regionales y nacionales. Será un trabajo que requerirá "días de reflexión y discusión", a los que seguirá también un tiempo para poder poner en marcha lo que se decida, así que el director del Museo no puede aventurar plazos. Los únicos plazos que maneja son el próximo 17 de octubre, fecha en la que culmina el convenio para los estudios en la cueva, y la del próximo 15 de noviembre, cuando el CSIC prevé entregar su informe.

Aunque habrá que esperar a entonces para conocer todas las conclusiones, en estos siete años de cierre ya se conocen nuevos datos sobre la cueva y la incidencia de las visitas en ella. Por ejemplo, ahora se conocen mejor las oscilaciones naturales de temperatura en la cueva y, al contrario que hace unos años, se piensa que las corrientes de aire resultan "un factor de riesgo" para la conservación.

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