arte

Buen proyecto que levanta dudas

  • El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo analiza el presente de los artistas jóvenes andaluces con una propuesta donde participan varios gaditanos

Foto de familia de los artistas participantes en el proyecto.

Foto de familia de los artistas participantes en el proyecto. / josé ángel garcía

Corrían los años setenta de la anterior centuria; años convulsos, apasionantes, expectantes, de infinitos anhelos, de búsquedas y de esperanzas, de muchas esperanzas. El Grupo Aguaviva cantaba, Baladas para los poetas andaluces de hoy, eran versos extraídos de Ora marítima, aquel poema en el que, en 1953, Rafael Alberti se preguntaba, desde su exilio, qué cantaban, qué sentían y que miraban los poetas andaluces del momento.

Mucho ha pasado, desde entonces, en esta Andalucía artística. Aquellos eran tiempos de dudas y de lucha por conquistar tiempos luminosos y encontrar una deseada Modernidad que se resistía. Ahora, los intereses son otros y se necesitaba saber cuál es la realidad de nuestros artistas más jóvenes. Un buen proyecto salido desde el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo -¿de dónde mejor?- ha puesto las bases para saber qué sienten y qué piensan los artistas andaluces de ahora. Se ha buscado el criterio de cuatro críticos jóvenes que han analizado el estado de la plástica que tiene lugar en Andalucía. Ana Ballesteros, Luisa Espino, Alberto Figueroa y Raquel López han propuesto una serie de artistas, nacidos a partir de 1980, que han producido unos proyectos artísticos que plantean los postulados creativos de los artistas andaluces de estos momentos.

Cuatro críticos jóvenes han seleccionado a una serie de artistas nacidos a partir del año 1980

Javier Artero, melillense residente en Málaga, es artista multidisciplinar y presenta Never Odd or even. Una maniobra de posicionamiento. En ella, el vídeo y la fotografía crean una realidad visual ficticia en un paisaje urbano con las imágenes provocando efectos imprevisibles.

José Jurado es cordobés de Villanueva del Duque y autor de proyectos sociales, críticos y participativos. Valiéndose del propio título de la exposición plantea la pregunta a un grupo de artistas creando, con ello, un espacio de opinión. Algunas de las respuestas aparecen colgadas de las paredes y, junto con las que vayan produciéndose, se recogerán en una publicación al final de la muestra.

Gloria Martín es una artista sevillana muy implicada en el contexto general del arte andaluz. Se trata de una de nuestras más lúcidas pintoras, su proyecto Almacén recrea el propio espacio expositivo de la Cartuja, realizando con su pintura una reflexión sobre la obra artística, sobre el concepto museístico y sobre la propia realidad y sentido del arte.

Leonor Serrano es una artista nacida en Málaga que presenta un trabajo titulado Piezas de adorno en el que teatraliza un guión de Borja de Diego utilizando las viejas chimeneas existentes en la que fue la fábrica de cerámicas Pitman, yuxtaponiendo arquitectura y teatro.

José Iglesias trabaja en Sevilla pero es un artista nacido en Madrid. Su proyecto es, quizás, el de mayor enjundia conceptual y el que ofrece más complejidad. El plano de inmanencia de la cocina se compone de un sistema informático funcionando permanentemente y una revista que combina dibujos, textos, fotos y pensamientos, formando con ello una escultura ficticia hecha de palabras e imágenes.

Muy amplia es la comparecencia de artistas gaditanos. Julia Fuentesal y Pablo Muñoz de Arenillas es una pareja de artistas, de Huelva ella y de Cádiz él, que plantean Dedos, Suelo de madera y Carpets, propuestas que aluden a distintas cuestiones sobre vivencias y recuerdos, acciones íntimas, lugares de tránsito, relaciones entre lo valioso y lo meramente funcional; proposiciones realizadas con un mínimo ejercicio conformante pero un gran sentido conceptual.

Muy atractiva nos parece la propuesta de otro artista gaditano, Daniel Silvo que en Atelier Sevilla convierte una de las salas del CAAC en un lugar de trabajo para artistas jóvenes andaluces que acudirán, tras una convocatoria pública, a realizar sus proyectos, durante los meses que dure la exposición y bajo la supervisión de cuatros artistas importantes: María Cañas, José Miguel Pereñíguez y los hermanos Mp y Mp Rosado. El proyecto alude a la dificultad de los jóvenes para tener espacios donde trabajar; también existe una reflexión sobre el actual sistema de enseñanzas artísticas.

La jerezana Cristina Mejías participa con una bella videocreación, Tro - tro, que tiene como primera referencia la vinculación de su tierra natal con el universo equino. Unos vídeos ofrecen la doma de un hermoso caballo, pareciendo que es el espectador el eje de la acción y el que maneja la cuerda que hace girar al animal. Una realidad bellamente estructurada que posibilita, además, un sistema metafórico sobre una serie de asuntos mediatos que materializan asuntos de muy diversa significación.

La muestra suscita un testimonio de cómo se plantea una parte de la creación andaluza de la actualidad; pero se trata de una parte muy mínima y con una clara decantación elitista y compleja. Se trata de la realidad más avanzada pero no responde, ni mucho menos, al conjunto de lo que es la plástica andaluza; más cercana y con menos resortes intelectualistas. También se echa en falta algunos nombres de artistas granadinos, siendo la ciudad de la Alhambra una de las de mayor dinamismo artístico que actualmente existe en Andalucía.

Una muy buena idea pero con un resultado que ofrece muchas dudas.

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