Si las líneas paralelas nunca se cruzan, no ocurre lo mismo con las vidas paralelas. Al menos no ocurrió con las trayectorias artísticas de los bailaores Begoña Arce y Hugo Sánchez. La gaditana y el madrileño, nacidos en el mismo año, 1984, y separados por la evidente distancia, iniciaron un buen día un camino artístico semejante, el del baile flamenco, caminos que otro buen día se cruzaron y permitieron que ambos iniciaran una relación personal y profesional que ha desembocado en el primer montaje realizado de manera conjunta y que hoy llega a Cádiz, a la sala Central Lechera, con el sugerente título de Mirando al otro. Será a las 21.00 horas.

Begoña Arce admite que este espectáculo, que el año pasado estrenaron en el Teatro Principal de Puerto Real, tiene carácter "autobiográfico e intimista", pues hunde sus raíces argumentales en el inicio de sus trayectorias artísticas individuales en sus respectivas ciudades natales, para desembocar, con las alegrías de Cádiz como fin de fiesta, en el encuentro y la unión de ambos.

Tangos, martinetes, seguiriyas o tientos se van sucediendo en el espectáculo, en un montaje que Begoña Arce ansiaba estrenar en Cádiz y que hoy podrá hacerlo al ser incluido en el ciclo Flamencos de Cádiz Siglo XXI de la programación municipal de La Lechera.

"La verdad es que una de mis aspiraciones -explica Arce- era actuar en Cádiz, donde lamentablemente no es fácil trabajar. Tenía muchas ganas de hacerlo y me gusta que sea en La Lechera, una sala muy íntima y apropiada para esta obra". Begoña Arce no oculta más deseos y admite que también está entre sus aspiraciones la de actuar en el Falla: "Podría ser el siguiente paso".

Ambos, Begoña y Hugo, residen en Sevilla, donde trabajan diariamente en un tablao de la capital hispalense, y se escapan de allí cuando en su camino se cruza alguna actuación especial o un espectáculo como el que hoy protagonizan en Cádiz.

Entre sus muchas actuaciones en España y en el extranjero, la bailaora gaditana recuerda el viaje a París para actuar con la compañía de Cristina Hoyos, una artista venerada en Francia y con la que Begoña Arce pudo triunfar.