El asunto de las denuncias que ha presentado por escrito al Ayuntamiento de El Puerto el todavía hoy secretario de la Fundación Rafael Alberti, Manuel Martínez Cordero, sobre presuntas irregularidades en la gestión de la entidad, sigue deparando novedades ya que poco a poco se va conociendo el contenido de algunas de estas actuaciones. El secretario sigue trabajando en la Fundación aunque ahora se dedica únicamente a labores de archivo y se le ha apartado de cualquier aspecto relacionado con las cuentas de la entidad, asunto que ahora llevaría un becario de la Fundación.

Una de las cuestiones que se detallan en el escrito es la operación mercantil materializada por la sociedad El Alba del Alhelí, de la que María Asunción Mateo es administradora única, según la cual esta empresa habría adquirido a una empresa portuense unas serigrafías se los poemas La Paloma y Canción 8 por un importe de 725 euros, facturando después a la Fundación más de 3.480 euros. Este beneficio obtenido, atendiendo a la Ley Andaluza de Fundaciones, no sería lícito si previamente no se hubiera autorizado la operación por parte del Patronato de la Fundación (en el que están presentes María Asunción Mateo, sus dos hijos, el alcalde de El Puerto y el concejal de Cultura), siendo necesario además que esta aprobación pasara después por el Protectorado de Fundaciones.

En cuanto a otro de los asuntos que constan en la denuncia remitida al Ayuntamiento, el pago de trabajos con dinero negro a una persona que trabaja en casa de María Asunción Mateo en labores de mantenimiento, el importe de las tareas realizadas superaría los 3.000 euros, dándose además la circunstancia de que esta persona estaría cobrando una prestación por desempleo.

Aunque Manuel Martínez Cordero no ha querido realizar declaraciones a la prensa sobre este asunto ni sobre la denuncia de acoso laboral interpuesta en el Juzgado de lo Social de Cádiz, sí ha trascendido que el enfrentamiento abierto entre María Asunción Mateo y él pudiera remontarse a hace unos meses cuando el secretario habría advertido a la presidenta de la Fundación de estas supuestas irregularidades, de manera que a su regreso de una baja de cinco meses, justo el día después de su reincorporación y supuestamente al ver que sus advertencias no habían sido tenidas en cuenta, habría decidido poner los hechos en conocimiento del Ayuntamiento el pasado 20 de mayo.