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La prensa británica da la espalda a Gordon Brown

  • 'The Guardian', tradicionalmente laborista, y 'The Times', que apoyaba a esa formación desde 2001, abandonan al partido gobernante al respaldar, respectivamente, a los liberales demócratas y a los conservadores.

El Partido Laborista del primer ministro británico, Gordon Brown, está algo más cerca de la derrota en las elecciones generales del 6 de mayo, tras perder el apoyo de dos influyentes periódicos del Reino Unido.

The Guardian, tradicionalmente laborista, y The Times, que había apoyado a esa formación desde 2001, dejan esta vez en la estacada a la formación gobernante al respaldar, en sus respectivos editoriales, al Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg y al Conservador de David Cameron.

La decisión de The Times, cabecera de referencia del imperio de Rupert Murdoch, resulta menos sorprendente por su tradición derechista y porque sólo apoyó a los laboristas, por primera vez, a partir del segundo mandato de Tony Blair -y supuestamente después de un pacto- pero la iniciativa de The Guardian asombrará a sus propios lectores. La razón del cambio de este rotativo de centro-izquierda es, según explica, que el partido que lidera Clegg "ofrece al pueblo británico una oportunidad enorme, la de reformar el sistema electoral", y la de superar "las viejas políticas agotadas".

El sistema electoral británico no permite que se reflejen de manera fiel en la formación del Parlamento las preferencias de los votantes, beneficiando a los grandes partidos (el Laborista y el Conservador), y este diario considera que los liberal demócratas son los únicos que estarían realmente dispuestos a cambiarlo. "La representación proporcional, aunque no es una panacea, daría por fin a este país algo de lo que ha carecido durante mucho tiempo: un Parlamento que sea un espejo real de esta nación plural, no una distorsión bipartidista y cada vez menos representativa", afirma. Sin embargo, el "entusiástico" apoyo de The Guardian a Clegg, a quien además entrevista, no es incondicional: toma la decisión sabiendo que "no todas las consecuencias son predecibles y que algunas deberían ser evitadas (en alusión a un Parlamento sin mayoría absoluta)", y lo hace "con importantes reservas y frustraciones".

A su vez, The Times, que apoyó a los conservadores por última vez hace 18 años (en 1997 secundó a los euroescépticos), ve a los liberal demócratas inmaduros y considera a los tories la única alternativa viable, tras demostrar su líder "fortaleza, juicio y carácter para dirigir el país a un futuro más sano y fuerte". Según argumenta, hay que elegir entre la opción laborista de un país inseguro con un Estado cada vez mayor u otro que vela por los necesitados, pero "libera" a la gente del aparato estatal para que pueda florecer en sus negocios y familias. Por otra parte, el dominical The Independent on Sunday ha adelantado que este domingo pedirá el voto táctico contra los conservadores, para favorecer una alianza laborista-liberal demócrata que facilite la reforma electoral.

Ningún diario ofrece un respaldo abierto y sin ambages al partido de Brown y sólo el tabloide Daily Mirror, históricamente laborista, lo hace veladamente al alertar contra una victoria en las urnas de Cameron. Las cabeceras que, como el populista Daily Mail, advierten de los peligros de un Parlamento sin mayorías absolutas, pero a la vez atacan al Gobierno, inducen a votar conservador. La formación de Cameron recibe los apoyos más numerosos y significativos y cuenta entre sus partidarios a su antiguo aliado The Daily Telegraph -el periódico natural de la clase dominante, apodado torygraph- y, desde que decidiera cambiar de rumbo hace unos meses, al sensacionalista The Sun, de Murdoch.

Los candidatos de los tres partidos se esfuerzan este fin de semana por arrancar los últimos votos y reiterar sus mensajes, en una campaña que ha estado marcada por los debates electorales televisados, celebrados por primera vez en la historia de este país.

En su entrevista con The Guardian, Clegg, quien vio su popularidad dispararse una media del 10 por ciento tras el primero de esos tres debates, sostiene que las elecciones son ahora "una carrera entre dos caballos" en la que ha quedado relegado el Partido Laborista. Por su parte, en declaraciones al The Daily Telegraph, Brown, hundido tras su metedura de pata al criticar a una votante cuando tenía abierto un micrófono que creía cerrado, insiste en que luchará "hasta el último segundo" de la campaña. Los debates electorales confirmaron a Cameron como favorito en la intención de voto (con alrededor de un 35 por ciento del apoyo) y pusieron en situación de igualdad a los liberal demócratas y los laboristas, con en torno al 28 por ciento. Con la posibilidad de quedar incluso tercero, el Laborismo de Brown podría obtener en estas elecciones su peor resultado desde que la tory Margaret Thatcher arrasó al entonces líder laborista, Michael Foot, en 1983.

La celebración de los debates televisados ha añadido una nueva dimensión a la campaña británica y determinado las opciones de los candidatos, al estar seguidos por encuestas instantáneas que, como apunta The Independent, reflejaban más la actuación e imagen de los contendientes que la calidad de sus programas electorales.

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