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El ex jefe de prensa de Bush le acusa de "vender" a toda costa la guerra de Iraq

  • Alude a una "campaña de propaganda" y un interés por "manipular a la opinión pública" .

Una nueva voz ha puesto el dedo en la llaga criticando la gestión estadounidense de la guerra de Irak, especialmente de las causas que llevaron a la invasión. El ex secretario de prensa de la Casa Blanca Scott McClellan asegura en sus memorias que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, no fue "abierto y sincero" a este respecto y, en cambio, trató de 'vender' a toda costa sus argumentos mediante una "campaña de propaganda" y la "manipulación de la opinión pública".

  McClellan publicará el próximo mes sus memorias, que contarán con el esclarecedor título de 'Qué ocurrió: dentro de la Casa Blanca de Bush y la Cultura de la Decepción de Washington'. En sus 341 páginas, el antiguo jefe de prensa habla largo y tendido de su experiencia en la comunicación política desarrollada durante casi una década y tras la que no guarda demasiada buena impresión del que fuese su principal 'jefe'. De Bush dice que mintió acerca de sus razones para invadir Irak, como detalla en un capítulo titulado específicamente "vender la guerra".

  En este sentido, el presidente "manejó la crisis de tal forma que el uso de la fuerza se convirtiese en la única opción factible", según informaciones de 'The Washington Post' recogidas por otr/press. McClellan se refiere a una estrategia "orquestada" de forma agresiva consistente en "manipular fuentes de la opinión pública para la propia ventaja del presidente". "Lo que yo sé es que la guerra sólo debería llevarse a cabo cuando fuese necesario, y la guerra de Irak no era necesaria", agregó.

El silencio de la Casablanca

McClellan ejerció durante tres años como jefe de prensa de Bush, pero la Casa Blanca ha rehusado realizar valoración alguna respecto al texto. Entretanto, el comunicador defiende su producto porque, a su juicio, representa el sentir de muchos norteamericanos "preocupados por la atmósfera envenenada en Washington".

  McClellan no pone en duda la inteligencia de Bush para ejercer su trabajo, del que cada vez le quedan menos meses. En su opinión, es "lo suficientemente listo para ser presidente", pero demasiado irreflexivo. En concreto, cita una llamada telefónica mantenida por el jefe de Estado durante la campaña del año 2000 como ejemplo de su capacidad para autoconvencerse de sus propias historias. Durante esta conversación, Bush dijo desconocer si había consumido alguna vez cocaína. "Recuerdo que me pregunté a mí mismo, ¿cómo puede ser?", relata el libro.

  Pese a que el texto es mayoritariamente crítico con el presidente, también se pueden leer algunas buenas calificaciones, como "encanto personal", "ingenio" o "enorme destreza política" para referirse al actual inquilino de la Casa Blanca. De hecho, McClellan escribe que Bush probablemente no fuese consciente de sus "prácticas destructivas". "Pero como otros antes de él, eligió jugar al juego de Washington del mismo modo que lo encontró, en lugar de cambiar la cultura por la que abogaba en el comienzo de su campaña", lamenta.

  Respecto a la cuestionada gestión gubernamental de la catástrofe del Katrina, el ex asesor critica al asesor Karl Rove de la foto en la que el mandatario aparece sobrevolando las zonas del desastre. Para él, "uno de los peores desastres de la historia de nuestra nación se convirtió en uno de los mayores desastres de la Presidencia de Bush", subrayando que "el Katrina y la chapucera respuesta federal responden a lo que viene definiendo el segundo mandato de Bush".

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