El líder de la oposición en Zimbabue, Morgan Tsvangirai, se refugió ayer en la embajada holandesa en Harare, la capital del país, por razones de seguridad, según informaron fuentes holandesas.

Tsvangirai se encuentra desde el domingo en la representación diplomática, comunicó el ministro del Exterior holandés, Maxime Verhagen.

Mientras tanto, unos 100 policías hicieron ayer una redada en la central del partido de Tsvangirai, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), y detuvieron a unas 60 personas, según la radio surafricana. Entre ellos, hay varias víctimas de la violencia que habían buscado refugio en la sede del partido opositor.

Tsvangirai anunció el domingo que no se presentaría a la segunda ronda de las elecciones presidenciales contra el presidente Robert Mugabe. Argumentó que la violencia y la intimidación que el poder del Estado ejercen contra su partido no permiten celebrar elecciones libres y limpias. Organizaciones independientes calculan que más de 80 personas fueron asesinadas desde la primera ronda a fines de marzo.

Mugabe por su parte, que gobierna el país de forma autoritaria desde hace tres décadas, insiste en celebrar los comicios este viernes a pesar de la retirada de Tsvangirai y de las críticas que recibe desde el exterior.

El ministro de Justicia, Patrick Chinamasa, dijo al diario estatal The Herald que es la undécima vez que Tsvangirai amenaza con renunciar. "El (partido de Mugabe) ZANU(PF) no se toma en serio estas amenazas. No tienen importancia".

La Comisión Electoral de Zimbabue subrayó que hasta que no disponga de una declaración por escrito del jefe de la oposición seguiría adelante con los preparativos de los comicios. Los observadores se preguntaban por eso si Tsvangirai está dejando abierta la puerta para una participación en el último minuto.

El líder de la oposición logró mayor cantidad de votos que Mugabe en la primera ronda de las elecciones presidenciales el 29 de marzo, pero no alcanzó la mayoría absoluta necesaria.

El Gobierno estadounidense instó "al Gobierno de Zimbabue y a sus matones" a detener la violencia de inmediato. "Está totalmente claro que (el presidente Robert) Mugabe está decidido a ignorar la voluntad del pueblo", manifestó la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice.

Las informaciones según las cuales también hay observadores electorales internacionales que fueron víctimas de la violencia estatal son "profundamente preocupantes", agregó.

También reaccionó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien se mostró profundamente preocupado por la situación que vive el país.

Su antecesor en el cargo, Kofi Annan, advirtió que cualquier anuncio de un ganador en estas circunstancias no es ni creíble ni aceptable y sólo llevará a más violencia. La Unión Europea anunció que no considerará válida la proclamación de Mugabe como presidente si no participa la oposición en los comicios.

El ministro del Exterior holandés, Verhagen, dijo a la agencia ANP sobre Tsvangirai: "Buscó refugio temporalmente para garantizar su seguridad personal. Todavía está analizando los pasos a seguir".

En Suráfrica, un portavoz del presidente, Thabo Mbeki, dijo que Tsvangirai "no cerró del todo la puerta" con vistas a posibles soluciones negociadas.