Al menos cinco personas murieron ayer en el norte del Líbano por el impacto de proyectiles disparados desde el lado sirio de la frontera, informaron a Efe fuentes policiales. La región fronteriza de Wadi Jaled, donde se concentra el mayor grupo de refugiados sirios que han huido al Líbano debido a la violencia en su país, fue ayer escenario hoy de bombardeos precedidos por enfrentamientos entre las tropas sirias y guerrilleros opositores.

Además, al menos treinta personas murieron ayer en los bombardeos y operaciones de represión lanzadas por las fuerzas del régimen sirio, la mayoría de ellas en la ciudad oriental de Deir el Zur, según informaron los principales grupos opositores.

Junto a este ataque de las tropas gubernamentales, en Deir el Zur también se registraron violentos combates entre estas fuerzas y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), en los que se produjeron bajas de ambos bandos.

Los bombardeos castigaron, asimismo, la ciudad de Homs (centro) y localidades cercanas como Talkalaj y Al Quseir, blanco de ataques con artillería pesada.

En la provincia central de Hama, las tropas del régimen irrumpieron en la aldea de Qabibat y asesinaron a al menos tres personas al disparar de forma indiscriminada, según los datos de los dos grupos opositores citados.

Las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, también registraron las viviendas y destruyeron e incendiaron numerosas propiedades públicas.

Esta jornada de violencia se producía al día siguiente de que los denominados Amigos de Siria expresaran en París su voluntad de que los crímenes del régimen de Al Asad no queden impunes y recomendaran una "acción más fuerte" al Consejo de Seguridad de la ONU.

Más de 17.000 personas, de las cuales 11.815 civiles, han muerto por la violencia en Siria desde el comienzo de la revuelta contra el régimen de Al Asad que arrancó en marzo de 2011, según informó ayer el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos.