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Los mexicanos se disponen a refrendar la vuelta del PRI al poder

  • El candidato priísta Peña Nieto es el gran favorito en los comicios presidenciales de un país sumido en graves problemas como la desigualdad y la violencia

México se pone hoy a prueba. Tras 12 años de gobiernos del Partido de Acción Nacional, que terminó en 2000 con la hegemonía del Partido Revolucionario Institucional, el PRI está listo para regresar al poder. Para unos sería la constatación de la que transición a la democracia ha concluido y de que es posible la alternancia. Para otros, el regreso a un pasado marcado por más de 70 años de autoritarismo y corrupción después de un intento de cambio más frustrante que otra cosa. De fondo, la violencia vinculada al crimen organizado que ha dejado más de 50.000 muertos y 10.000 desaparecidos en los últimos seis años, y los miedos al fraude en una sociedad que sigue marcada por las desigualdades y la pobreza.

Ochenta millones de mexicanos están llamados hoy a las urnas para elegir no sólo al presidente de México para los próximos seis años sino a seis gobernadores, más de 2.000 legisladores nacionales, estatales o municipales y al jefe de gobierno del Distrito Federal.

El gran favorito para llegar a Los Pinos, con una ventaja que va de los 10 a los 17 puntos en las encuestas, es el candidato priísta, Enrique Peña Nieto, un político joven y telegénico con el que el PRI quiere dar una imagen renovada al viejo partido. A Peña no le han afectado los escándalos por corrupción y vínculos con el narco de gobernadores priístas y apuesta por un pacto nacional para reducir la violencia. Pero sus críticos temen que vuelva el PRI del pasado y que negocie con los cárteles, punto que él niega pero que muchos de sus seguidores apoyan, hartos de tanta sangre.

Le sigue el líder de la coalición de izquierda Andrés Manuel López Obrador, un curtido populista que en 2006 se quedó a medio punto del presidente Felipe Calderón y que intenta de nuevo su apuesta con un discurso mucho más moderado que hace seis años y la promesa de "transformar" el país con un "cambio verdadero" contra la corrupción y a favor de la justicia y los más desfavorecidos. Obrador es el único que podría dar alguna sorpresa pero, aunque se estreche la diferencia con Peña Nieto, la victoria del PRI parece indiscutible.

Pese a los logros económicos del sexenio, la sangrienta herencia de Calderón en el terreno de la seguridad y la traición de importantes líderes del PAN, entre otros el ex presidente Vicente Fox, han lastrado a la candidata oficialista, Josefina Vázquez Mota, que aspiraba a convertirse en la primera mandataria de la historia de México pero que llega a la contienda en tercer lugar, sólo por delante del candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri, que ha tenido un papel anecdótico en la campaña con el 2% de intención de voto.

Con varios focos rojos encendidos por la violencia vinculada al crimen organizado en Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas, Veracruz o Guerrero, y también por la violencia política, sobre todo en el sur, México celebra las elecciones más vigiladas de su historia en el terreno físico y en el electoral.

Un total de 30.000 observadores, 700 de ellos internacionales, intentarán espantar el fantasma del fraude que estuvo tan presente en 2006 (López Obrador impugnó esas elecciones que la mitad de la población consideró fraudulentas). Los candidatos firmaron, además, un inusual "pacto cívico" en el que se comprometían a respetar los resultados para evitar protestas como la que hace seis años bloqueó la capital durante tres meses.

"Es casi imposible que pueda darse un fraude electoral en los términos ocurridos durante el gobierno del partido hegemónico [las siete décadas del PRI], lo que sí nos tememos es la compra y la coacción", explicó el ex miembro del Instituto Electoral del DF, Eduardo Huchim, integrante ahora del colectivo Alianza Cívica. "Eso creo que se va a dar pero esperemos que sea de poca relevancia".

Con algunas denuncias de este tipo ya sobre la mesa, los jóvenes indignados del movimiento Yosoy132 volvieron a salir ayer a la calle en una manifestación silenciosa que exigía la limpieza de los comicios bajo el lema Salvemos México.

En el terreno de la seguridad, los expertos consideran que la influencia del narco se da más a través de corrupciones y coacciones (sobre todo a nivel local) que con ataques, pero la violencia sigue ahí. Sólo en la última semana han sido ejecutadas 153 personas.

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