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Polonia da luz verde al escudo antimiles de EEUU en plena crisis

  • Rusia califica el pacto de "amenaza directa" mientras Washington asegura que "no va dirigido contra nadie" · Las lanzaderas se situarán al norte del país y estarán unidas a un radar en la República Checa

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, y el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, firmaron ayer el acuerdo que permitirá a EEUU desplegar su escudo antimisiles en Polonia, un proyecto en el antiguo satélite soviético que Rusia califica de "amenaza directa".

Moscú siempre se ha mostrado contrario a la instalación de diez bases balísticas estadounidenses en Polonia, que tradicionalmente ha estado en la zona de influencia rusa y que ayer demostró, una vez más, ser uno de los principales aliados de Washington, como destacó la propia Rice antes de la firma del documento.

Las lanzaderas de misiles, de cuya instalación se dió ayer el primer paso, se ubicarán en el norte de país, funcionarán plenamente a partir de 2012 y estarán conectadas a un potente radar que se situará en la República Checa, otro de los antiguos satélites soviéticos que ahora presume de su amistad con la Casa Blanca.

Desde el Ejecutivo de Polonia se defiende que el acuerdo suscrito refuerza la seguridad del país, mientras que sus detractores afirman todo lo contrario y sostienen que a partir de este momento el territorio polaco pasará a estar en el punto de mira en caso de conflicto, como ya advertió Moscú.

"Este compromiso garantiza la seguridad de Polonia, ya que obliga a EEUU a defender a los polacos", insistió ayer el primer ministro Donald Tusk, quien en los últimos días ha reiterado este mensaje a sus compatriotas.

"Polonia y Estados Unidos actuarán conjuntamente contra cualquier acto militar y no militar de amenaza causado por terceros, y procurarán reducir sus consecuencias", añadió Tusk.

Pero Moscú interpreta de manera diferente el acuerdo al que ayer llegaron norteamericanos y polacos, y ve en el escudo antimisiles una amenaza contra su territorio, lo que ha dado lugar a serias advertencias contra Polonia.

Rice intentaba apaciguar al Kremlin antes de la firma y dijo que el sistema balístico es "meramente defensivo y no apunta contra nadie", un mensaje que hasta ahora no ha servido para tranquilizar al Gobierno ruso, que mira cómo a la complicada situación de Georgia se le une ahora el establecimiento de bases de misiles en la vecina Polonia.

De hecho, las amenazas rusas se materializarán inicialmente en un rearme de su Ejército en Kaliningrado, su enclave europeo entre suelo polaco y lituano, donde, según la prensa polaca, podría llegar a instalar armas nucleares.

La cercanía de Kaliningrado es precisamente una de las causas por las que Varsovia exigía una importante ayuda militar estadounidense a cambio de convertirse en sede del escudo antimisiles, unas exigencias que alargaron las negociaciones durante 18 meses.

Finalmente, La Administración Bush cedió a las pretensiones polacas y aceptó instalar en Polonia una batería de misiles de medio alcance tipo Patriot .

Por ahora, el Ejecutivo de Tusk prefiere hablar de "acuerdo histórico" y retrasar la ratificación hasta las elecciones norteamericanas, ya que una eventual victoria de Barak Obama podría echar por tierra el acuerdo suscrito ayer en Polonia, que sólo tendrá total validez cuando sea ratificado por el Parlamento polaco y por el presidente del país, Lech Kaczynski.

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