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El KKK alivia la soledad de Trump

  • La vuelta a su tibieza original ante la violencia racista deja al presidente de EEUU a los pies de los caballos de su propio partido

  • Grandes empresarios también le dan la espalda

Un seguidor de Donald Trump

Un seguidor de Donald Trump / EFE

La renovada tibieza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el racismo ha vuelto a volar alto con el regreso a su tesis original de que "los dos bandos" son los responsables de los choques violentos en Charlottesville (Virginia). Se ha quedado solo. Hasta significados líderes republicanos han cargado contra él. Y grandes empresarios. Sólo le aplaude el Ku Klus Klan (KKK).

La condena que hizo el lunes de los que consideran mejores o peores a las personas por el color de su piel ya les suena a muchos a pura farsa. La controvertida y caótica rueda de prensa ofrecida por el presidente el martes en su Trump Tower en Nueva York dejó estupefactos incluso a líderes republicanos, que censuran la "equivalencia moral" que estableció entre los neonazis y los manifestantes de izquierda después de un supremacista arrollara a una multitud que protestaba contra la marcha de extremistas de derechas, causando la muerte de Heather Heyer y dejando 19 heridos.

Debemos ser claros. La supremacía blanca es repulsiva. No cabe la ambigüedad moral"

"Debemos ser claros. La supremacía blanca es repulsiva. Esta intolerancia va en contra de todo lo que representa este país. No puede haber ambigüedad moral", dijo ayer el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.

El senador Marco Rubio dijo que los organizadores de la marcha de supremacistas blancos "son adeptos de una ideología malvada que sostiene que ciertas personas son inferiores por su raza, etnia o país de origen". Rubio escribió en Twitter que ellos son "cien por cien culpables" de lo ocurrido.

Ante la sangría de empresarios que en las últimas horas han ido abandonando los órganos asesores a los que les invitó, Trump ha decidido desmantelar los dos órganos asesores empresariales que creó al llegar a la Casa Blanca. Su equidistancia ha puesto fin al Consejo de Fabricantes Estadounidenses y al Foro de Estrategia y Política, cuyos integrantes renunciaron ayer en masa a sus cargos.

"En lugar de presionar a los empresarios del Consejo de Fabricantes Estadounidenses y el Foro de Estrategia y Políticas, voy a acabar con ambos. ¡Gracias a todos!", tuiteó Trump.

Incluso han tocado a rebato los ex presidentes de EEUU George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009), que llamaron ayer a rechazar "el antisemitismo y el odio".

La ambigúedad del mandatario estadounidense le está dejando cada vez más solo. Su único respaldo decidido es del KKK. "Gracias presidente Trump por su honestidad y coraje para decir la verdad sobre Charlottesville y condenar a los terroristas de izquierda y antifascistas", escribió en Twitter blanco sobre negro el histórico dirigente del Ku Klux Klan David Duke.

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