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Hillary sigue adelante tras la victoria en Virginia Occidental

  • La senadora por Nueva York se alza con una rotunda victoria en las primarias de Virginia Occidental y se muestra decidida a seguir adelante

Hillary Clinton, que se alzó con una rotunda victoria en las primarias de Virginia Occidental, quiere que este triunfo sirva para que los más agoreros se replanteen el futuro de la campaña electoral demócrata.

"Estoy más decidida que nunca a seguir en esta campaña", dijo esta noche Hillary, quien salió al paso de los críticos que insisten en que debe retirarse y aseguró que "esta campaña ha sido buena tanto para el partido Demócrata como para el país".

"Soy la candidata más fuerte y seré la presidenta más fuerte", agregó Hillary.

Los estrategas de su campaña, de inmediato, se multiplicaron para exponer la importancia de Virginia Occidental, un estado que junto con Ohio, Pensilvania, Florida o Michigan, ha demostrado su capacidad de hacer la diferencia en las elecciones generales, debido a lo cambiante de su voto.

Así lo expuso, por ejemplo, Howard Wolfson, el director de comunicaciones de la campaña de Clinton, quien reiteró que esta victoria demuestra que la disputa por la candidatura demócrata está lejos de estar terminada.

Sin embargo, la mayoría de los analistas no cree que la victoria en este estado, que enviará 28 delegados a la Convención de Denver en agosto, pueda evitar que su contrincante Barack Obama se haga con la candidatura presidencial.

Las encuestas a pie de urna demostraron que en este estado, que es blanco en un 95%, dos terceras partes de los votantes indicaron que la economía es el asunto más importante en estas elecciones, y entre los que dijeron estar "muy preocupados" por la situación económica, más del 70% votó por Hillary.

Igualmente, la senadora por Nueva York se hizo con el 71% del voto de las mujeres de este estado, mientras que Obama sólo consiguió el 27% de los sufragios femeninos.

Entre los hombres, la ex primera dama consiguió algo menos del 60% de los votos. El resto se decantó por Obama.

La victoria de Hillary, según los primeros recuentos, puede haberse dado por entre 25 y 30 puntos.

Pero Virginia Occidental tiene sólo 28 delegados en juego, que se repartirán de forma proporcional entre ella y su rival Barack Obama, y en la práctica no alterarán el panorama poco favorable que se cierne sobre la ex primera dama estadounidense.

De hecho, la distancia con su contendiente por la candidatura presidencial demócrata es ya insuperable en las seis primarias pendientes hasta el 3 de junio.

En este momento, la elite del Partido Demócrata ha comenzado a cerrar filas en torno al senador por Illinois, que ha conseguido el apoyo de 26 "superdelegados" (personalidades del partido y funcionarios electos) en la última semana.

A ese ritmo, Obama podría alcanzar los 2.025 delegados necesarios para lograr la candidatura en tres semanas, cuando estarán ya incluidos los delegados de la última ronda de primarias.

A pesar de estas evidencias matemáticas, Fabiola Rodríguez, directora de comunicación para el mercado hispano de la campaña de Clinton, aseguró hoy a Efe que la aspirante a la Casa Blanca pretende seguir "hasta el final".

La propia Hillary adelantó la semana pasada que continuaría peleando "hasta que haya un candidato" y tras la victoria de esta noche, Wolfson opinó que los "superdelegados", quienes al final tendrán la última palabra en la decisión del candidato, deben de replantearse sus apoyos.

Virginia Occidental no es, ni de lejos, un estado importante dentro del mapa político de Estados Unidos, pero entre sus leyendas, aireada hasta la saciedad estos días por la ex primera dama, está el hecho de que ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca desde 1916 sin ganar las primarias de este estado.

Sin embargo, esta no es la primera vez que este estado, más blanco, más pobre y menos educado que la media nacional, ha jugado un papel importante en el proceso electoral de Estados Unidos.

La última vez fue en 1960, cuando John F. Kennedy disputaba arduamente la candidatura demócrata a Lyndon B. Johnson y Hubert Humphrey, y Virginia Occidental, un estado desgajado de Virginia durante la Guerra de Secesión, en el siglo XIX, se planteó como una especie de reválida para el joven y católico senador por Massachusetts.

En aquella ocasión, Kennedy, que como Clinton se volcó a hacer campaña en estas tierras, consiguió ganar en un estado de protestantes, a pesar de ser católico.

Y, como predica Hillary, tras ganar en Virginia Occidental, se hizo con la Casa Blanca.

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