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El Ejército italiano patrulla las calles para combatir la inseguridad

  • Cientos de soldados vigilan armados los puntos más sensibles de Italia, como monumentos y estaciones · La operación figura en el plan para la seguridad aprobado por el Gobierno de Berlusconi

Cientos de soldados patrullaban a partir de ayer las calles de las principales ciudades de Italia y vigilan objetivos sensibles, dentro de los esfuerzos del Gobierno de Silvio Berlusconi de reforzar la seguridad en el país.

La operación, bautizada como "calles seguras", figura en el plan para mejorar la seguridad aprobado por el Ejecutivo conservador italiano y se aplicará inicialmente durante un periodo de seis meses, tras el cual se estudiará si ha sido eficaz y se prorroga otro medio año.

Además de patrullar calles y controlar puntos sensibles como sedes diplomáticas, monumentos y estaciones de tren o metro, los militares protegerán centros de identificación y acogida temporal de inmigrantes.

El objetivo es potenciar la seguridad y relevar a Policía y Carabineros de labores de vigilancia en puestos fijos para poder dedicarse a otras actividades de control del territorio.

Cuando el plan conjunto de los ministerios de Defensa e Interior se aplique plenamente, un total de 3.000 efectivos entre soldados y carabineros (policía militarizada) se desplegará por nueve ciudades más representativas de Italia (Roma, Milán, Nápoles, Bari, Catania, Padua, Palermo, Turín y Verona) y centros de inmigrantes de varias localidades.

Los militares llevarán sólo armas cortas cuando patrullen las calles e irán siempre acompañados por policías o carabineros, mientras que portarán ametralladoras y chalecos antibalas cuando estén apostados frente a puntos sensibles.

Es el caso de los que en la capital italiana vigilan la embajada estadounidense ante la Santa Sede, la de Israel ante la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la representación diplomática palestina en Italia, junto a la Basílica de San Juan de Letrán.

Forman parte de los aproximadamente 200, sobre un total de 1.060 previstos, que se desplegaron ayer en éstos y otros puntos sensibles de Roma, como estaciones de tren y metro, zonas periféricas y el centro de acogida de inmigrantes de Ponte Galeria.

En la estación de metro de Anagnina, protegida por nueve soldados, tanto italianos como inmigrantes coincidían en su mayor parte en que era necesario desde hacía tiempo un refuerzo de la seguridad, ya que se trata de una zona donde se cometen delitos a menudo.

Los militares integrados en patrullas sólo podrán realizar detenciones en casos de flagrante delito.

Algunos soldados participaron ayer en la identificación y arresto de un inmigrante senegalés que carecía de permiso de residencia, en Anagnina.

Por decisión del alcalde de Roma, Gianni Alemanno, los militares no patrullarán las calles del centro histórico ni los monumentos más visitados del centro de la ciudad.

Un grupo de turistas españoles se mostró escéptico sobre la medida, que puede dar "sensación de amenaza" a los visitantes, mientras que un ciudadano romano opinó que el plan no logrará resolver la inseguridad ciudadana, pues los militares no están entrenados para realizar funciones de policía.

En Milán, parte de los 150 soldados desplegados ayer estaba presente en la plaza de la Catedral, el principal atractivo turístico de Roma, donde recibieron la visita del ministro de Defensa, Ignazio La Russa.

En declaraciones a los medios locales, La Russa afirmó que la medida refleja el "compromiso" del Gobierno de Berlusconi para mejorar la seguridad ciudadana.

Los sindicatos de Policía la calificaron de "operación de fachada" y el presidente del partido opositor Italia de los Valores (IDV), Antonio di Pietro, definió el trabajo encomendado a los militares como de "figurantes de cine" y reclamó más medios y personal para apoyar a las fuerzas de seguridad.

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