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EEUU se opone a que Irán juegue un papel constructivo en la crisis siria

  • La Casa Blanca rechaza la propuesta de Annan de implicar a Teherán · Rusia censura otra resolución del Consejo de Seguridad contra Damasco · La deserción de un embajador propina un duro revés a Al Asad

La Casa Blanca afirmó el miércoles que se opone a la idea de que Irán pueda jugar un papel constructivo en las negociaciones para el proceso de pacificación en Siria, como propuso el enviado especial a ese país, Kofi Annan.

Annan dijo el martes que Irán "tiene un papel que jugar" en las negociaciones para poner fin a la violencia en Siria, que en los últimos 16 meses ha dejado un saldo de 17.000 muertos.

Pero la Casa Blanca dejó claro el miércoles que cuestiona el papel que pueda jugar Irán en esas negociaciones. "Sería difícil sugerir que el papel (de Irán) ha sido constructivo... rechazamos la idea de que Irán podría jugar un papel constructivo, pero nuestro interés es avanzar hacia un consenso que permita una transición que dé al pueblo sirio la mejor oportunidad de un futuro más brillante", dijo su portavoz, Jay Carney, en su rueda de prensa diaria.

Carney enfatizó que el papel de Irán "no ha sido útil o productivo" y que EEUU quiere "trabajar con las naciones que quieren ver estabilidad en Siria, que quieren ver un fin al baño de sangre, que quieren ver un futuro democrático para el pueblo sirio".

En ese sentido, señaló que EEUU está trabajando de forma muy estrecha con Annan, ex secretario general de la ONU, para lograr el alto el fuego en Siria. "Hemos visto un progreso en el frente internacional para lograr un consenso (hacia una transición), incluyendo anuncios desde Moscú. Creemos firmemente que el futuro de Siria tiene que decidirlo el pueblo sirio, y en éste no hay cabida para Al Asad", dijo Carney.

Irán ha mantenido estrechos vínculos con Siria y apoya al presidente Al Asad, quien afronta fuertes presiones del Gobierno de EEUU para que abandone el poder.

Al Asad, por su parte, criticó abiertamente que Estados Unidos haya dado ayuda, aunque de forma indirecta, a las fuerzas de la oposición.

Por otro lado, la primera deserción de un embajador sirio supone un duro revés para el régimen de Al Asad, amenazado ya por un proyecto de resolución presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU con más sanciones contra Damasco, que recibió nuevamente el rechazo de Moscú.

En Damasco, un comunicado del Ministerio sirio de Relaciones Exteriores anunció que "Nawaf Fares fue relevado de sus funciones y no tiene ninguna relación con nuestra embajada en Bagdad, ni con el ministerio". Además, las autoridades sirias amenazaron con ponerlo a disposición de la Justicia por sus declaraciones.

El miércoles, Fares llamó al Ejército a "integrar inmediatamente las filas de la revolución", después de haber desertado, en un comunicado difundido por Al Jazeera.

Según Bagdad, Fares se encuentra actualmente en Qatar, un emirato particularmente hostil al régimen de Al Asad.

Su deserción supone un golpe para el régimen sirio, días después de la de Manaf Tlass, un general allegado a Al Asad, quien, según el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, habría contactado con la oposición siria. Fabius no confirmó si el militar desertor se encuentra en París a pesar de haber anunciado, cuando se conoció su deserción, que se dirigía a esa ciudad.

El portavoz de la Casa Blanca estimó que la deserción de Fares es "una nueva señal de la desesperación que envuelve al régimen de Al Asad" y que "su entorno empieza a reconsiderar sus posibilidades de quedarse en el poder".

En el frente diplomático, Rusia, indefectible respaldo del régimen de Damasco, calificó de "inaceptable" el proyecto de resolución sobre Siria presentado el miércoles en el Consejo de Seguridad por las potencias occidentales, y amenazó con vetar el texto si se somete a voto. "En el conjunto, el proyecto de resolución no es equilibrado, sólo prevé obligaciones para el Gobierno sirio y no se dice prácticamente nada sobre las obligaciones de la oposición", declaró el vicecanciller ruso, Gennady Gatilov.

"Por ello consideramos que este proyecto no es conforme al espíritu y a la carta del comunicado de Ginebra (del 30 de junio), ni al contenido del plan de paz de Annan, y es inaceptable", continuó.

El borrador fue preparado por EEUU, Francia, el Reino Unido y Alemania. Hace referencia al artículo 41 de la Carta de la ONU que prevé sanciones diplomáticas y económicas, como un embargo, pero no una intervención militar.

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