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Conmoción en Israel por el intento de inmolación de un indignado

  • El hombre, de 57 años y en estado grave, culpa al Gobierno de dejarlo al borde de la indigencia

Gobierno y oposición israelíes coincidieron ayer en su conmoción por el intento de inmolación que protagonizó la noche del sábado un hombre de 57 años durante una marcha en Tel Aviv con motivo del primer aniversario del movimiento local de indignados.

Moshe Silman, residente en Haifa, en el norte, está ingresado en estado grave en el hospital Tel Hashomer tras prenderse fuego en protesta por una serie de reveses económicos y burocráticos que le dejaron al borde de la indigencia.

"Es una gran tragedia personal", dijo ayer el jefe del Ejecutivo, Benjamin Netanyahu, en una reunión con ministros de su partido, el derechista Likud. Netanyahu deseó una "completa recuperación" a Silman, que sufre quemaduras de segundo y tercer grado en el 94% de su cuerpo, y pidió a los ministros de Asuntos Sociales y Vivienda que revisen su caso. También el presidente, Simon Peres, reaccionó al incidente, que definió como "un punto bajo para Israel".

El intento de inmolación marcó el aniversario del movimiento de indignados, que sacó a las calles de varias ciudades a más de 10.000 personas, casi todas en Tel Aviv.

La prensa local desgranó ayer el progresivo descenso a los infiernos de Silman, quien trató de inmolarse tras distribuir y leer una nota de suicidio en la que aseguraba que el Estado de Israel le "ha robado todo" y culpaba de su situación a Netanyahu y al ministro de Finanzas, Yuval Steinitz.

"No tengo dinero para medicamentos o el alquiler... Serví en el Ejército y hasta los 46 años fui reservista. No seré un sin techo. Por eso protesto contra todas las injusticias que ha hecho el Estado contra mí y aquellos como yo", escribió en su nota.

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