El presidente de EEUU, George W. Bush, llegará a Oriente Próximo mañana con motivo de la celebración del 60 aniversario del Estado de Israel, pero también participará en esfuerzos por poner fin a la violencia que ha marcado las seis décadas del país judío.

Apoyar el proceso de paz entre israelíes y palestinos sigue siendo una de las mayores prioridades para Bush, mientras se dispone a abandonar el cargo de presidente en enero del próximo año.

Otro de los fines de este viaje, según pudo saber el corresponsal de DPA, es lograr el respaldo de los Estados árabes al Gobierno iraquí. EEUU se ha visto contrariado por la negativa de estos países a establecer lazos diplomáticos formales con Iraq abriendo embajadas en Bagdad, ni se tomaron medidas adecuadas para condonar la deuda iraquí. Tras dos días en Israel, Bush viajará a Egipto y Arabia Saudí donde celebrará el 75 aniversario de relaciones bilaterales, según el asesor de seguridad nacional, Stephen Hadley.

Pero los lazos actuales entre los países siguen siendo tensos debido a la invasión de Iraq y el rechazo de las naciones suníes a entablar relaciones con el Gobierno de Bagdad, controlado por una mayoría chií. Tanto Arabia Saudí como otros países árabes afirmaron que la seguridad en la capital iraquí no es suficiente para instalar embajadas.

Otro de los temas a tratar será el aumento del precio del petróleo. Bush intentará persuadir a sus amigos saudíes de que pongan coto a la subida.