ANÁLISIS

Llega la conducción autónoma: ¿qué nos deparará el futuro?

  • Analizamos los aspectos positivos y los negativos de la llegada de la conducción autónoma. Se espera que para la década 2030-2040 los vehículos que circulan solos supondrán un cambio radical en la sociedad.

Con la conducción autónoma tendremos más tiempo libre en el coche.

Con la conducción autónoma tendremos más tiempo libre en el coche.

Aunque a todos nosotros nos pueda parecer que falta mucho todavía, en realidad está a la vuelta de la esquina. Hablamos de la conducción autónoma, aquella que permitirá que los vehículos circulen completamente solos sin intervención de las personas.

En la actualidad –en el año 2017- ya podemos conducir vehículos con cierto nivel de autonomía: miden la distancia con los coches que nos preceden y frenan y aceleran por sí solos. Además, también son capaces de leer las líneas de la carretera para mantenernos en el carril. Esto que aquí señalamos es una realidad a día de hoy. Se trata de coches que prácticamente pueden circular solos durante alrededor de 30 segundos.

En la actualidad ya existen numerosas pruebas con vehículos autónomos. En la actualidad ya existen numerosas pruebas con vehículos autónomos.

En la actualidad ya existen numerosas pruebas con vehículos autónomos.

No obstante, este primer nivel de autonomía es sólo el aperitivo de lo que está por venir. Son muchos los estudios y fabricantes que señalan que en 2030 ya habrá un número considerable de coches autónomos, capaces de circular solos. Por ello, desde aquí queremos analizar los puntos positivos y pero también los negativos –que también los hay- de la conducción autónoma.

Aspectos positivos

  • Reducción de víctimas en las carreteras. Es la primera razón por la que se está desarrollando la conducción autónoma. Según un estudio desarrollado para Intel, los vehículos autónomos podrían salvar cerca de 585.000 vidas en todo el mundo entre los años 2035 y 2045. ¿Y cómo han realizado este cálculo?, te preguntarás. Pues por medio de las estadísticas. Cada año mueren cerca de 1,3 millones de personas en todo el mundo por accidentes de tráfico. De todos ellos, el 94% se deben a errores humanos. De ahí que teniendo en cuenta que la conducción autónoma hará disminuir el número de errores, con tan sólo una reducción del 5% ya se estaría hablando de las 585.000 personas que salvarían sus vidas.
  • Menos gastos relacionados con los accidentes de tráfico. Según la Organización Mundial de la Salud, cada país gasta de media en torno al 3% del PIB en costes relacionados con los accidentes de tráfico. Por ejemplo, sólo Estados Unidos podría ahorrarse cerca de 200.000 millones de euros si se consiguiera ahorrarse sólo 1% de los costes sanitarios entre los años 2035 y 2045.
  • Más tiempo para trabajar o para el ocio. El hecho de que los conductores se conviertan en pasajeros permitirá que estas personas empleen su tiempo o bien en trabajar o bien en disfrutar de su ocio. Y todo esto también tiene un valor que se pueden traducir en una gran cantidad de dinero.
  • Nuevas oportunidades. La llegada de la conducción autónoma también dará lugar a un nuevo panorama, que transformará por ejemplo el mundo de la empresa. De ahí que sectores como el del transporte se tendrá que reinventar.
  • Los vehículos no podrán utilizarse como arma terrorista. En la actualidad son muchos los atentados que se están cometiendo mediante vehículos. Con la llegada de la conducción autónoma y de los sistemas de seguridad que evitan atropellos, será mucho más difícil que este tipo de vehículos puedan ser utilizados con estos fines.

Aspectos negativos

  • Desaparición de puestos de trabajo tradicionales. Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sólo entre Estados Unidos y Europa podrían desaparecer de aquí a 2030 un total de 4,4 millones de puestos de trabajo de chóferes o conductores profesionales. Esta cifra se corresponde con el 70% de los conductores profesionales que se requeriría para entonces.
  • Convivencia de los coches autónomos con otros que no lo son. Esto será una realidad. Habrá vehículos nuevos autónomos y otros, más antiguos, que tendrán que convivir juntos. Y en estas circunstancias pueden ocurrir situaciones de riesgo.
  • Debates éticos y legales. Aunque la conducción autónoma busca una reducción drástica de la siniestralidad, es posible que haya momentos y situaciones en las que un accidente sea inevitable. Y ahí será donde los diferentes sistemas tendrán que decidir qué hacer en décimas de segundo. Esto provocará un gran debate social –qué accidente es el menos malo- y empresarial –qué ocurrirá con las compañías de seguros y las pólizas-.

Sin duda, esta recopilación de supuestos no pretende tener ningún valor científico. Pero sí que nos anticipa que estamos ante un futuro incierto, aunque también esperanzador. Entre otras cosas porque la conducción autónoma promete acabar con la siniestralidad de las carreteras. A cambio eso sí queda un gran camino por recorrer todavía.

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