LA ELECCIÓN DEL NOMBRE

Así bautizan las marcas a los nuevos modelos

  • Llamar de una manera u otra a los nuevos lanzamientos no se deja al azar. Detrás hay un complejo proceso. Comprobación de nombres, aspectos legales, pronunciación, significado... Explicamos en este reportaje cómo bautizan los fabricantes a los nuevos modelos.

Ateca, el nombre elegido para el SUV medio de Seat.

Ateca, el nombre elegido para el SUV medio de Seat.

En las últimas semanas muchas han sido ciudades que se han ofrecido a Seat para que el próximo SUV de la marca lleve el nombre de estas localidades. Conviene recordar, en este sentido, que Seat tiene, por costumbre, bautizar a sus modelos con lugares emblemáticos de la geografía española: Ibiza, León, Toledo...

Y ahora con su nueva gama SUV parece que la marca española ha optado por nombres de localidades que empiecen por ‘A’:Ateca, Arona... De ahí que se haya desatado cierta ‘locura’ y sean muchos los alcaldes que quieran ‘barrer para casa’.

Fruto de esta situación son muchas las preguntas que nos surgen sobre cómo se ponen los nombres a los coches: ¿Cómo se desarrolla el proceso? ¿Quién toma la decisión final? ¿En qué se basa?

Renault optó por Talisman. Renault optó por Talisman.

Renault optó por Talisman.

Así que para dar respuesta a estas preguntas hemos hablado con Enrique Pastor, gerente de investigación de marketing de producto de Seat, quien nos comenta:“Los nombres con que bautizamos a nuestros coches deben ser fácilmente pronunciables en decenas de idiomas, no evocar significados negativos y lo más importante: que sean fácilmente identificables con nuestro país y con Seat”.

Esto que, inicialmente puede parecer sencillo, tiene su complicación. Entre otras cosas porque algunos coches se venden en más de un centenar de países. De ahí que es probable que aunque en España un nombre sea completamente inocuo, en otro país a miles de kilómetros de distancia, su significado sea peyorativo.

Por ello el proceso de elegir un nombre es largo y complejo. “En una primera –señala Enrique Pastor– puede haber más de 100 nombres que, poco a poco, van filtrándose y reduciéndose”.

“Después –continúa–  comienza una segunda fase con una lista de 15 o 20 nombres que tendrán que valorar potencias clientes de diferentes nacionalidades”.

“Y por último –afirma– en la fase final es el Comité Ejecutivo de Seat el encargado de validar el nombre definitivo de entre un listado de no más de 10 candidatos finales”. Previamente a que el Comité Ejecutivo tome la decisión, las diferentes personas involucradas en el proceso han sido precavidas y han comprobado que todos estos nombres presentados no están registrados previamente en todos los países donde opera la firma.

Totalmente secreto

Otra de las particularidades de este proceso es que tiene que ser secreto. De hecho, pocas personas dentro de la compañía conocen el nombre definitivo de los próximos modelos de la marca. Y buena prueba de ello es que –al momento de cerrar el reportaje– todavía desconocemos cómo se llamará el tercer SUV de la marca.

“¿Y cuántos nombres tiene Seat registrados actualmente?”, preguntamos a Enrique Pastor. “Es difícil saberlo”, responde este experto en marketing. “Hay reservas de nombres que han caducado y otros que se han considerado pero que, finalmente, no se han registrado en todos los países. En cuanto a utilizar en un futuro nombres reservados que inicialmente fueran descartados, normalmente no ha sido así”, concluye.

Conseguir el nombre de Q2 no fue fácil. Conseguir el nombre de Q2 no fue fácil.

Conseguir el nombre de Q2 no fue fácil.

Llegado este momento toca hacerle una pregunta algo espinosa al representante de Seat: “¿En algún momento la marca recibe alguna cantidad económica por llevar un nombre u otro?” A lo que Enrique responde de forma rotunda:“No, en absoluto. No hay ningún condicionamiento económico o de contrapartida. Además, si Seat adopta el nombre de una población poco conocida, le damos una notoriedad muy alta y mucha gente de todo el mundo se interesará por esa población”.

España, un caso especial

Las diversas regiones y comunidades que componen España hacen, todavía, más difícil el asunto de bautizar a un coche. De esta manera, un nombre que en Andalucía puede resultar completamente normal y no tener ningún otro significado, en otra comunidad puede ser completamente diferente y provocar las risas o el enfado de sus habitantes. El último caso que hemos visto en este sentido lo ha protagonizado Hyundai, con el nombre de Kona. Mientras que en muchos lugares de España, Kona no significa nada en Galicia la pronunciación de este nombre hace referencia al órgano genital femenino.

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