U N contumaz científico logró adiestrar un cangrejo de tal manera que colocado sobre una mesa en el extremo opuesto al del examinador, el crustáceo avanzara (de lado) hacia aquel, en el mismo instante en que diese una palmada. Para hacer más complejo el experimento el zoólogo fue amputando sucesivamente cada uno de los cuatro pares de patas que utilizaba el cangrejo para desplazarse. A pesar de las progresivas mutilaciones, el animal, aunque cada vez de manera más zigzagueante y premiosa, seguía obedeciendo a la llamada de su adiestrador. Sin embargo, al quedar definitivamente desmembrado, el cangrejo cambiaba de comportamiento, permaneciendo estático e impasible por más palmadas que diese su instructor. La conclusión que este anotó al finalizar su experimento fue: cuando a un cangrejo se le quitan todas las patas... ¡se queda sordo!

Parecido razonamiento al de este perspicaz científico debe ser el efectuado por las mentes pensantes de la DGT cuando han decidido colocar un nuevo radar para controlar el exceso de velocidad en el tramo entre Tarifa y Algeciras de la N-340. Siendo evidente que -como el cangrejo lisiado- dicha carretera tiene un grave problema al ser un punto conflictivo por las descomunales retenciones que origina su gran intensidad de tráfico, no parece que la medida más acertada para solucionarlo sea la de amenazar a los conductores con ponerles multas si superan los 70 km/h. Ya quisieran los sufridos automovilistas poder avanzar aunque solo fuese a la décima parte de esa velocidad cuando se encuentran inmersos en las interminables colas que sufren en los trayectos de ida y vuelta a las playas tarifeñas.

En lugar de atemorizar con multas a los conductores para que su velocidad media en el dichoso recorrido cada vez se vaya aproximando más a cero; las autoridades bien podrían optar por soluciones algo más "imaginativas" como realizar un adecuado mantenimiento de la calzada (ahora mismo, socavones, agujeros y grietas convierten este tramo -supuestamente europeo- en perfectamente homologable a la más infame de las carreteras mauritanas) o, realizar de una puñetera vez, el archiprometido desdoble de la carretera entre Algeciras y Vejer, ese mismo que, verano tras verano, desde hace más de veinte años y que con tanta jeta como poca vergüenza nos vienen anunciando como "de inminente realización", políticos de todos los pelajes. ¿Cuánto tiempo más seguiremos siendo unos pelagatos? Mientras en Cádiz se han gastado una millonada en un puente que no necesitan, aquí, donde estamos más "paralíticos" que el cangrejo del cuento ya que ni se abren los hospitales, ni llegan los trenes, ni se arreglan las carreteras... ¿por qué les seguimos votando?

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