La República

Pero no hay control de fronteras, ni de las cuentas corrientes, ni de los impuestos o funcionarios

Al final resulta que la república era esto. Después del trance experimentado mientras las palabras del huido retumbaban al acariciar la piedra envejecida de las arcadas apuntadas de un edificio gótico y oficial, dejándose caer camino abajo por la escalinata, uno se levanta, como cada día, para advertir que amanece una hora antes; se desayuna con un pan con tomate, mira los enunciados de los periódicos y siente un pequeño escalofrío al advertir qué al día siguiente toca volver al trabajo; se pregunta si su saldo bancario aún le da para pagar la letra de la hipoteca que ha de atender ahora que concluye octubre y se queja, para adentro, de que para los Santos la ciudad estará inundada de esperpénticos remedos de la cultura americana que nos invade por la imparable fuerza del ocio.

Y sí, al final la republica era esto. Un domingo extrañamente en calma, en el que el destituido, conocido ya su cese, y bien aleccionado por su abogado, antes de su escapada, se dirige en diferido pidiendo paz a la par que se pasea en público por las calles de su ciudad y come de forma educada cerrando la boca. La gente vuelve a su vida mínima y el mundo sigue girando sin que nada ni nadie lo detenga. En el horizonte se divisan unas elecciones que, nuevamente, serán históricas -o no, claro- que probablemente nos dejarán en el mismo punto que ahora estamos, aunque con la señora Colau en el centro de nuestras meditaciones. Los periódicos de toda índole elucubran sobre si este o aquel partido concurrirá solo o acompañado, dirigido por unos o por otros… Pero no hay control de fronteras, ni de las cuentas corrientes, ni de los impuestos o funcionarios, … No hay charangas en las plazas, ni pasacalles ni conciertos de bienvenida. Y me pregunto: ¿serán los inverosímiles "Países catalanes" un estado sin territorio plagado de ensoñaciones bíblicas? Y los secesionistas ¿serán realmente el pueblo elegido, condenado a vagar disperso por esos lugares perdidos de la historia en busca del paraíso en la tierra? No es bueno hacerse preguntas para las que no hay respuestas (lógicas), y con las que alguien pueda encontrar la excusa para relativizar la gravedad de cuanto ha acontecido estos dos últimos meses en una tierra tan extraordinaria como española, un lugar al que le resultan característicos todos los atributos que nos adornan a los de este rincón del mundo.

Pero bueno, mañana será de nuevo otro día.

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