Trump ataca en Siria

Buscaríamos una salida, quizá por el puerto de Motril, para ir a un país seguro con toda nuestra familia

Ayer conocimos la noticia del ataque de las tropas de EEUU a Siria como respuesta al ataque del martes pasado con armas químicas que se produjo sobre población civil y que acabó con 86 muertos, 30 de ellos niños. Tiempos bélicos donde unos y otros juegan con fuego y alimentan una escalada de horror que además de generar muerte y destrucción, aumenta la presión de los movimientos migratorios sobre la UE. Es fácil imaginar lo que trataríamos de hacer cualquiera de nosotros si esta situación la estuviéramos viviendo en nuestras ciudades. Buscaríamos una salida, seguramente por el puerto de Motril, para ir a un país seguro con toda nuestra familia.

El tiempo nos dará más perspectiva para valorar las consecuencias de este primer ataque ocurrido bajo mandato de Trump y desde ese prisma, podremos sacar conclusiones más certeras. Pero a falta de esa perspectiva, tanto el ataque con armas químicas como la respuesta de Trump, no dejan de ser motivo de enorme preocupación por las consecuencias de estos acontecimientos. Es posible que teniendo en cuenta el estilo de Trump y los planteamientos políticos que nos traslada a la opinión pública, estemos en los albores de una nueva etapa en la política internacional que se termine caracterizando por una escalada militar y una enorme tensión que afectará al conjunto de las naciones.

En este asunto, además del lamentable papel del Gobierno de Siria y la más que discutible respuesta de EEUU que se hace sin apoyo del marco legal que puede ofrecer la ONU, la postura de Rusia es un elemento clave para entender los factores que explican la actual situación. Mientras tanto, millones de personas pagan las consecuencias de una equivocada política internacional de las grandes potencias y la falta de liderazgo político de la Unión Europea.

En aras de la defensa de los derechos humanos es de esperar y debemos exigir que se desarrolle una acción política por parte de nuestro Gobierno y de los Gobiernos de la UE para imponer un alto el fuego y una estrategia eficaz para evitar los daños directos sobre la población civil siria y los efectos indirectos que por la presión migratoria se viven en la UE.

En cualquier caso, seamos una tierra de acogida.

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