Hoy sábado se celebran concentraciones masivas para reivindicar pensiones dignas en numerosas ciudades de España; concentraciones lideradas por las personas mayores que están dando una enorme lección al conjunto de la sociedad. El asunto de la sostenibilidad del sistema público de pensiones y la cuestión sobre la actualización de las mismas en función del coste de la vida se han situado en el centro de la actualidad política en estas semanas, dando lugar incluso a un debate específico en el Congreso de los Diputados en el que compareció el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

El envejecimiento de la población, las bajas tasas de natalidad, los bajos salarios y otros factores dibujan hoy un panorama difícil para la sostenibilidad futura de las pensiones públicas ante la falta de respuesta por parte del Gobierno y de los poderes públicos. El sistema público de pensiones es un logro de la sociedad cuyo mérito pertenece al conjunto de los trabajadores que han cotizado durante su vida laboral y merecen una pensión digna. La garantía de supervivencia del sistema requiere la adopción de medidas y reformas que deben ser lideradas por el Gobierno y acordadas con los grupos políticos y las organizaciones sindicales y empresariales.

Requiere un debate a fondo que implica también un debate sobre política económica y sobre condiciones de trabajo y competitividad. Es un debate que pone a prueba a los líderes políticos, empresariales y sindicales; en especial, pone a prueba al Presidente Rajoy al ser su responsabilidad histórica.

A Rajoy le ha tocado el momento histórico de reformar el sistema de pensiones para asegurarlo. Pero su respuesta la oímos en la tribuna del Congreso de los Diputados el pasado miércoles: no hay respuesta. Las pensiones deben ser dignas y para ello su actualización en función del IPC es un requisito. Pero también han de ser dignas en el futuro y, por desgracia, la inacción actual supone y grave riesgo para la sostenibilidad.

Sería deseable remangarse para que, en el marco del Pacto de Toledo, se pueda acordar un modelo sostenible que cumpla el requisito de surgir de un cambio acordado que incluya la actualización en base a la evolución del IPC y las reformas que sean necesarias mediante un gran acuerdo que renueve el citado Pacto. La pensiones dignas a las que aspira nuestra sociedad requiere también un Gobierno a la altura de las circunstancias.