El Palquillo

Arte, revolución y memoria: ¿Volver a ver a la Macarena bajo el palio negro?

  • Muchas cosas han pasado en Sevilla desde 1907, cuando la Esperanza Macarena salió por última vez bajo su “palio negro”. El estreno en 1908 del revolucionario “palio rojo” enterraría por completo aquella obra que había sido ideada por Juan Manuel Rodríguez como culminación de las primeras reformas acometidas en la Hermandad.

Antes de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro regresa por la calle Feria en la mañana del Viernes Santo.

Antes de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro regresa por la calle Feria en la mañana del Viernes Santo.

Muchas cosas han pasado en Sevilla desde 1907, cuando la Esperanza Macarena salió por última vez bajo su “palio negro”. El estreno en 1908 del revolucionario “palio rojo” enterraría por completo aquella obra que había sido ideada por Juan Manuel Rodríguez como culminación de las primeras reformas acometidas en la Hermandad.

La Sevilla del “palio negro” era aquella de finales del siglo XIX aún sumida en una asentada pobreza, donde el progreso industrial apenas se notaba y las posibilidades hacia un futuro distinto abierto por la Exposición Iberoamericana ya en el siglo XX aún ni se soñaban. Esta Semana Santa, muy reducida en número de cofradías, era la única fiesta vivida intensamente por el pueblo y por ello focalizaba todo el interés y la atención popular, lo que impulsaba la renovación de los ajuares y del patrimonio de las hermandades.

Más de un siglo ha transcurrido desde aquella Sevilla de intramuros, chozas, huertas y mulos hasta la  que hoy se ha despertado sorprendiéndose a través de sus smartphones ante la intención de la Hermandad de la Estrella de ceder el palio juanmanuelino a la Macarena para la Semana Santa de 2017. Tantos han sido los cambios desde entonces en nuestra Semana Santa, que aquel palio que en su día fue tan admirado, hoy es considerado “pobre” por muchos cofrades que, acostumbrados a la estética ostentosa de la segunda mitad del siglo XX, prefieren los terciopelos sobrecargados a las armoniosas y dulcemente afinadas obras románticas.

En el último tercio del siglo XIX la figura de Juan Manuel Rodríguez Ojeda en su cargo de Mayordomo ya era toda una institución en la Hermandad de la Macarena, en la que había iniciado una remodelación que iba más allá de lo estético para apuntar la personalidad singular de la cofradía. De este modo, se había renovado la forma de ataviar a la Virgen, se diseñaron nuevas obras, como la saya y manto de salida, insignias, enseres, las túnicas de nazarenos con capa y se había retomado la centuria romana; todo un esfuerzo que necesitaba sellarse en 1890 con la creación de un nuevo palio que revelase este impulso.

Para tal efecto, la Junta de Gobierno de la Macarena acordó el 19 de noviembre de 1888 la creación de una comisión que visitase los talleres de la ciudad para ver “la manera más ventajosa” de conseguir el ansiado palio. Puro formalismo, pues  la elección ya estaba considerada. El 1 de diciembre se ratificó la decisión de encargar el cometido al incipiente taller de Josefa Rodríguez Ojeda, hermana de Juan Manuel, quien se responsabilizaría lógicamente de su diseño. El compromiso adquirido por ambas partes obligaba su entrega el 15 de marzo del siguiente año, recibiendo por ello la cantidad de 34.530 reales de vellón. La obra se estrenó finalmente el Viernes Santo de 1891.

El “palio negro” es una obra armoniosa en su conjunto, donde se atisban aún las formas románticas de la época, que Juan Manuel aprendió en el taller de la Hermanas Antúnez y que continuó con Eloisa Ribera. Formaba un conjunto cerrado con el manto verde que había estrenado en 1882, compartiendo los sinuosos juegos de roleos, tallos y hojas de acanto con caracolillos que se extendían por el terciopelo. Otorgaban una singular elegancia a la obra la labor de flecos y sobre todo la crestería, elemento indispensable en los palios juanmanuelinos, que le aportaba esbeltez y distinción. Todo ello se resolvió con diferentes técnicas de bordado en relieve propias de la época, como el milanés, el setillo, la hojilla y el recurso brilante de la lentejuela. Asimismo, en pequeños detalles se introdujo el bordado con seda de colores, una técnica que adquirirá todo su esplendor de la mano de Juan Manuel cuando confeccione en su taller el manto de malla una década después.

Ésta fue la estética de la Macarena hasta la Semana Santa de 1900, una fecha que quedará para los anales cofrades por lo ocurrido precisamente en este paso. La sustitución del manto romántico por el manto de malla o “camaronero” constituirá una composición asombrosa, que vista hoy resume a la perfección el paso trascendental de la Semana Santa decimonónica a la del siglo XX, de la Semana Santa romántica a la regionalista. La Virgen de la Esperanza Macarena bajo el “palio negro” y ataviada con el manto de malla en la madrugada del 13 de abril de 1900 fue el gran hito histórico cofrade del siglo XX, un momento que trocó el rumbo estético de las cofradías sevillanas y por ende de la Semana Santa. Así la vieron los periodistas durante aquella madrugada, levantando los más encendidos aplausos movidos por una admiración inédita según narraron en sus crónicas.

Sin embargo, poco tiempo duraría esta visión, pues la profusión inusual del manto de malla obligó a Juan Manuel a introducir un nuevo planteamiento en el paso acorde a la brillantez de la pieza. La solución fue el “palio rojo”, que introdujo color y nuevos perfiles en una creación excepcional, cuyo esquema sigue con la misma vigencia en los talleres actuales. Para la confección de esta obra, Juan Manuel recibió como parte del pago este palio, que fue cedido a varias corporaciones hasta ser vendido a la Hermandad de la Estrella en 1909. Desde entonces ha permanecido en Triana no sin notables modificaciones, como el cambio de color del terciopelo, la sustitución de la heráldica, la Gloria y los flecos o la supresión de las corbatas.

No sabemos si 110 años después la Macarena volverá a lucir el “manto camaronero” bajo el “palio negro” en una composición única, donde la combinación de la solemnidad romántica de las formas del palio con la exhuberancia regionalista del manto de malla ilustra a la perfección el cambio de siglo y de mentalidad, el inicio de una nueva etapa estética originada precisamente aquí por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, que terminó sentando las bases de la Semana Santa que conocemos hoy. Volver a ver a la Macarena bajo el “palio negro” es tan sólo una propuesta, que puede ser desestimada por la culminación a tiempo de la restauración de su palio o por las imposibilidades técnicas dadas por las dimensiones actuales del paso. Sin embargo, la noticia ha despertado el entusiasmo de los amantes de las recreaciones históricas tan de moda hoy en las priostías sevillanas. No obstante, podemos emplear este debate para plantearnos las posibilidades ofrecidas hoy por estas oportunidades, que deben valorarse con ciertas cautelas para no dejarse arrastrar por la novelería, pero también para liberarnos de prejuicios y temores ante una visión distinta, que tan sólo conocemos fotográficamente. En todo esto sí hay que celebrar que si hoy se abre esta vía es por el feliz e inusual hecho de haber conservado el patrimonio histórico y artístico de las cofradías y estudiado su propio pasado. Volver a la Macarena bajo el “palio negro” no sólo es la recreación de una estampa histórica, es mucho más. Es un viaje a un momento único, a la contemplación de una escena transgresora de la madrugada de 1900 que cambió el rumbo de la Semana Santa y nuestra percepción estética de las cofradías.

1891. Paso de la Esperanza Macarena culminado. Estrenaba el palio negro, diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y lucía el manto y la saya diseñado también por Juan Manuel y ejecutado por Eloisa Ribera entre 1879 y 1881. 1891. Paso de la Esperanza Macarena culminado. Estrenaba el palio negro, diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y lucía el manto y la saya diseñado también por Juan Manuel y ejecutado por Eloisa Ribera entre 1879 y 1881.

1891. Paso de la Esperanza Macarena culminado. Estrenaba el palio negro, diseñado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda y lucía el manto y la saya diseñado también por Juan Manuel y ejecutado por Eloisa Ribera entre 1879 y 1881.

Antes de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro regresa por la calle Feria en la mañana del Viernes Santo. Antes de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro regresa por la calle Feria en la mañana del Viernes Santo.

Antes de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro regresa por la calle Feria en la mañana del Viernes Santo.

Madrugada de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro estrena el manto de malla, también conocido popularmente como “camaronero” o “de la camaronera”. Madrugada de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro estrena el manto de malla, también conocido popularmente como “camaronero” o “de la camaronera”.

Madrugada de 1900. La Esperanza Macarena bajo el palio negro estrena el manto de malla, también conocido popularmente como “camaronero” o “de la camaronera”.

2011. La combinación de ambas obras pudo verse durante la celebración de una exposición sobre la evolución del paso de la Esperanza en el Museo de la Macarena. 2011. La combinación de ambas obras pudo verse durante la celebración de una exposición sobre la evolución del paso de la Esperanza en el Museo de la Macarena.

2011. La combinación de ambas obras pudo verse durante la celebración de una exposición sobre la evolución del paso de la Esperanza en el Museo de la Macarena.

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