Con vestido azul marino, abrigo blanco y boina a juego de estilo francés, Meghan Markle asistió ayer al primer evento oficial de relieve como un miembro más de la familia real inglesa: el oficio religioso en la abadía de Westminster con motivo del Día de la Commonwealth.

Demostrando gran complicidad con su futura cuñada, una embarazadísima duquesa de Cambridge luciendo total look azul marino, la prometida del príncipe Enrique llegó del brazo del nieto de Isabel II y derrochó sonrisas y saber estar.

Tras su presentación en Escocia y Gales y la misa familiar de Navidad en Sandringham, la prometida de Enrique se enfrentó ayer a su acto más importante con la familia real británica al completo, incluida Isabel II, autoridades y representantes de 53 países, además de tratarse de una ceremonia televisada.