Un juez canadiense ha rechazado una demanda de paternidad presentada contra el actor Keanu Reeves por una mujer canadiense al considerar sus declaraciones increíbles y la celebración de un juicio "un derroche" de recursos.

Karen Sala -que así se llama la mujer- quería que Reeves pagase 3,15 millones de dólares al mes por ser el supuesto padre de sus tres hijos, de entre 21 y 25 años, a pesar de que las pruebas de ADN han demostrado que ninguno tiene relación genética con el actor. Según la demandante, mantuvo relaciones sexuales con Keanu Reeves sin saber que era el actor ya que éste acudía siempre disfrazado a los encuentros. La mujer también alega que el intérprete utilizó la hipnosis para modificar los resultados de las pruebas de ADN.

A pesar de este ejemplo reciente, que ha resultado una auténtica 'tomadura de pelo', hijos secretos o ilegítimos han habido siempre. Vale la pena recordar que hasta un papa, Alejandro VI (Rodrigo Borgia), fue el padre del maquiavélico César Borgia y su hermana Lucrecia. Thomas Jefferson, el prócer norteamericano, era padre al menos de uno de los hijos de su esclava, Sally Hemings.

En el cine está el caso de Charles Chaplin, cuyo número de hijos ilegítimos nunca ha sido totalmente aclarado por sus biógrafos. Y el de Marlon Brando, quien debió comparecer ante la justicia porque su asistente y amante, Cristina Ruiz, lo acusaba de no responder por los tres hijos que tuvo con ella.

A Clint Eastwood se le atribuyen al menos tres hijos ilegítimos y, un caso más reciente, es el de Elizabeth Hurley, quien en 2002 dio a luz a su único hijo, Damian Charles, fruto de un romance con Stephen Bing, que se negó a reconocerlo hasta que el ADN despejó toda duda.

Los deportistas también tienen sus 'escarceos'. En Argentina es famosa la historia del ex futbolista Diego Armando Maradona, que tuvo que reconocer -de muy mala gana-, a su hijo Diego Jr, producto de su breve relación con la italiana Cristina Sinagra durante su etapa en el Nápoles.

El tenista alemán Boris Becker también protagonizó un escándalo de paternidad. En 1999, después de fracasar en el torneo de Wimbledon, decidió subir el ánimo con una modelo rusa negra llamada Angela Ermakova, sin importarle que su esposa estuviera embarazada de siete meses. Según contaría después en los juzgados, la relación sólo duró cinco minutos. Por eso no dio crédito a Angela cuando meses después lo llamó para informarle que era padre de una niña llamada Anna y exigirle cinco millones de dólares por su manutención.

En el mundo taurino también está demostrado que lo que se hereda no se hurta. Manuel Díaz González siempre ha asegurado ser hijo de Manuel Benítez, El Cordobés. En este caso no ha habido lío judicial por apellidos y fue el padre quien demandó al hijo por utilizar el seudónimo que lo hizo famoso. Pero la ley falló a favor de Manuel hijo y le permitió seguir usando el apelativo de El Cordobés.

Los cantantes también son proclives a dejar un amor en cada puerto. Julio Iglesias, por ejemplo, ha sufrido las consecuencias de sus constantes amoríos: un cantante de 29 años llamado Javier Sánchez, hijo de María Edite Santos, una bailarina

portuguesa. Luis Miguel parece haber seguido sus pasos. Hace 16 años tuvo una hija no reconocida aún llamada Michelle con la actriz Stephanie Salas. Incluso aquí en España Alejandro Sanz se vio obligado a finales de 2006 a descubrir la existencia de su hijo Alexander, de dos años por entonces, porque lo estaban intentando extorsionar con el tema.

La realeza tampoco anda a la saga. En menos de un año, Alberto de Mónaco tuvo que reconocer que tenía dos hijos 'secretos': Alexandre, fruto de una breve relación con una azafata, y Jazmin Grace Rotolo, nacida de otro affaire. El hoy rey de Mónaco afirmó que mantuvo oculta la existencia de ambos para protegerlos del acoso de los medios.

Joaquín Cortés (con su ex secretaria Katie Asumu) y Pepe Navarro (con Ivonne Reyes) se encuentran estos días, también, en proceso de resolución de sendas demandas de paternidad interpuestas contra ellos.