Jorge Fernández

Días de playas y juegos en familia

  • Al modelo y presentador vasco le encanta viajar a Tarifa para practicar windsurf. Con el desayuno planea cada día lo que va a compartir con su hijo. Su vocación deportiva se ha trasladado a su 'heredero'.

"Un día habitual de mi verano comienza temprano y termina tarde, como si fuera un día de trabajo... A las 8 de la mañana puedo estar ya despierto, haciendo algo de ejercicio y listo para empezar el día. Con humor desde el primer momento. Es lo más recomendable. Siempre digo a mis amigos y familia que no quiero hacer demasiados planes cuando estoy de vacaciones porque tengo un niño de 8 años y no quiero que acabe cansado. Sin embargo, la verdad es bien distinta: el que acaba por los suelos soy yo, mientras que él está como una rosa. Cuando llegamos de noche y nos duchamos el pobre siempre quiere salir a dar un paseo por alguna parte y yo soy el que está hecho un despojo y con ganas de quedarse en casa.

A las 9 de la mañana suelo desayunar. Pero en verano intento hacerlo relajadamente. A diferencia del resto del año, trazo en esos minutos un buen plan para hacer durante el día con mi hijo y por tanto también para mí.

A las 11 de la mañana estamos por ejemplo, ya en la playa. Nos gusta ir a la playa, sobre todo a las de Bilbao, y a veces, tenemos la suerte de pasar entonces todo el día montados en barco. Nuestros planes de verano están relacionados con el deporte y aprovechando las altas temperaturas nos decantamos por los acuáticos. Ahora me estoy aficionando al surf pero jamás pensé que coger una ola podría ser tan complicado.

A las 12 del mediodía me puedes ver pillando olas, pero mi verdadera pasión es el windsurf, que lo he practicado durante 12 años, aunque hay que estar muy pendiente del viento y por eso me encanta ir a Tarifa en cuanto tengo unos días libres. Con el viento en la cara me siento como un niño y ahí se me olvidan todos mis problemas. Intento que mi hijo se enganche a este deporte, ya que pretendo que sea un tío deportista, como su padre (jejeje).

A las 3 de la tarde estamos comiendo en familia. Cosas refrescantes, de verano. Como puedes comprobar, mi verano están totalmente adaptados a mi niño...

A las 6 de la tarde, tras una siesta, me encanta jugar con mi hijo, dedicarle todo el tiempo posible. Y una cenita sobre las 10 de la noche. Atrás quedaron las fiestas, los tres meses de verano por delante sin una preocupación, aquellos veranos salvajes cuando te sobran ganas, pero te falta dinero... Ahora, me tengo que adaptar a los hoteles con animación y actividades para niños cuando estoy fuera de casa con él.. Eso lo que hay. Eso sí, no renuncio a mis mojitos y a mis claritas con gaseosa. A las 12 de la noche, en la calle, es lo mejor.

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