Feria

Espectáculo y belleza a caballo

  • La última tarde destacó por la maestría de los rejoneadores en la doma de los magníficos ejemplares que forman parte de sus cuadras y las despedidas entre los aficionados que acudieron al festejo

No sé si ya lo he hecho en alguna ocasión, pero he de reconocer que durante muchos años no me sentí especialmente atraído por las corridas de rejones; a lo sumo, admitía un rejoneador en una corrida mixta. Y parece una contradicción con ese pensamiento de que si hubiese sido un animal -les dejo el chiste fácil- me habría gustado ser caballo. No conozco otro con una belleza similar, y si a sus extraordinarias características propias le unimos la sabia doma de un jinete tendremos una de las expresiones artísticas más bellas del universo. Con esto les quiero decir que desde hace unos años disfruto con fervor de este maravilloso espectáculo que representa la corrida de rejones, como la que ayer volvió a cerrar el ciclo festivo de una feria que ya se nos ha ido, corta para unos, larga para otros, intensa para todos.

Estoy seguro de que ayer disfrutó más que ninguna tarde mi buen amigo Juan Carreño, en su tendido uno y con su sombrero de ala ancha. A quien quiera conocer un poquito más de estos animales les recomendaría que pasara por la Yeguada Carreño, en su finca de Benahadux, en la que hay unos soberbios ejemplares y se respira el amor por los caballos, transmitido a su hijo Juan Jesús. Allí también he aprendido un poco más de ellos, de su nobleza, su inteligencia, su entrega y sumisión al jinete que le monta en una mágica y perfecta simbiosis.

Ese espectáculo es el que ayer disfrutó el público que ocupó casi tres cuartos de plaza. Ya lo ha dicho Chopera, "los toros son caros y vivimos tiempos de crisis y paro, y esto se ha notado en Almería y en otras muchas plazas". desde luego, la media ha sido bastante más baja que otros años, pero el resultado de lo visto sobre el ruedo alcanza una nota muy aceptable con grandes momentos en algunas tardes, además de la excepcional corrida del viernes y los triunfos de nuestros toreros Ruiz Manuel y Torres Jerez, para orgullo de todos los almerienses.

Con estas páginas llega el final de siete intensos días de fotos y recorridos por todos los rincones de la Plaza. Gracias a todos por sus sonrisas y amabilidad. Sólo ha faltado mi querida Marta, a quien este año he echado de menos. Hoy me queda un deseado encuentro familiar con los Quesada que mañana regresan a Madrid.

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