Grupo C · actualidad

Holanda vuelve a seducir

  • La versatilidad de sus hombres de ataque y su contundencia se antojan claves

Otra vez, Holanda seduce. Desde el naranja estridente de su atuendo y por las señales que envía desde el campo de juego. Técnica depurada, velocidad, precisión, mentalidad de ataque: con estos atributos, la selección de Marco van Basten se deglutió en cuatro días a Italia y Francia y sobrevivió como indiscutible líder al grupo de la muerte.

"¿Qué nos está pasando?", se preguntó medio en broma Van Nistelrooy tras la goleada por 4-1 sobre los subcampeones mundiales. En el debut, el mazazo naranja lo había recibido la monarca del orbe, Italia, por 3-0. Esa pregunta retórica no es un desatino, porque Holanda llegó a la Eurocopa de capa caída. A mitad de las eliminatorias, Van Basten optó por un cambio en el dibujo: dijo basta al tradicional 4-3-3 y apostó a un único delantero. Tal sacrilegio en un país donde el fútbol ofensivo es una religión le valió cuantiosas críticas desde todos los sectores. Pero ya en la Eurocopa, Holanda es prueba fehaciente de que el sólo hecho de sumar delanteros no garantiza nada, y que un equipo puede ser muy agresivo si cuenta con la llegada desde atrás de varios jugadores. Así, Van Nistelrooy nunca está solo y, más aún, a veces es él quien retrocede unos metros y termina abasteciendo a compañeros que pasan al ataque con gran voracidad, como Kuyt, Van der Vaart o Sneijder.

En el segundo tiempo ante Francia, cuando los bleus se iban en busca del empate, Van Basten puso sobre el campo a Robben y Van Persie, ausentes en el debut por problemas físicos. Y ambos fueron claves para garantizar la victoria, lo cual ratifica la cantidad de variantes de las que dispone Holanda. "Marcamos en los momentos adecuados", analizó el entrenador, quien garantiza que Holanda jugará "con seriedad" ante Rumanía. Precisamente, los goles holandeses se asemejan a los golpes certeros de un boxeador, que primero deja a su oponente grogui y luego lo noquea sin miramientos. Y es más, parece sentirse más cómoda jugando al contraataque.

Parece prematura cualquier evocación a naranjas mecánicas del pasado, pero bajo la atenta mirada de Johan Cruyff, esta Holanda ya se las ingenió para situarse como la gran candidata al cetro europeo, veinte años después. Ahora deberá ratificar su favoritismo en los partidos a todo o nada.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios