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Casillas reescribe la historia

  • El portero de España detuvo los penaltis de De Rossi y Di Natale y empujó a la selección a unas semifinales, un hito que no conseguía desde hace 24 años

La suerte sonrió por fin a la selección española en un evento continental. Cuando todo el país pensaba que se escapaba otro tren en la estación de cuartos de final, en los temidos penaltis apareció la figura de un portero al que se le reconoce más su trayectoria lejos de España que dentro de su propio país, al que, después de 24 años, empujó hacia una semifinal que hacía mucha falta a una nación tan futbolera y severamente castigada por la injusticia de este deporte. El momento clave de la noche llegó en el cuarto lanzamiento desde los once metros. El fallo de Güiza había equilibrado las fuerzas con un penalti errado por cada selección. Pero ahí apareció la figura de Iker Casillas. La cara de tranquilidad del meta del Real Madrid y la de asustado de Di Natale lo decían todo. El italiano lanzó a la izquierda del meta español y los guantes milagrosos de Casillas hicieron el resto. Cesc sólo tuvo que rematar una faena que quedará para la historia.

Pese a que el fútbol tiene que dejar a un solo ganador y a un derrotado, no hay que olvidar que en la portería italiana estaba, quizás, el mejor portero del mundo, aunque hoy el nombre de Casillas brille con letras doradas. Gracias a la pericia de los lanzadores españoles -excepto el mencionado error de Güiza- el guardameta de la Juventus no pudo terminar con la sonrisilla que se le adivinaba cuando el árbitro señaló el final del encuentro. Esa mueca de felicidad se deshizo a la misma vez que Cesc volvía loca a España.

Aunque una tanda de penaltis marca el duelo entre porteros, los dos mejores del mundo, durante los 120 minutos de juego ambos demostraron lo difícil que se les hace a los delanteros poder batirles. Buffon dejó claro que desde fuera del área es muy complicado sorprenderle. Villa y Silva lo intentaron en el primer periodo sin éxito. Y no sólo evitaba el peligro, el portero de la selección italiana parece que tiene unos imanes implantados en los guantes. Nunca concede un rechace. Pero Iker Casillas no se iba a quedar atrás. Tras una primera mitad en la que Italia no disparó entre los tres palos, una jugada loca al inicio del segundo periodo pudo suponer el 0-1. El seleccionador nacional y los propios jugadores españoles eran conscientes de que con una ocasión que se le conceda a Italia, ésta suele terminar en gol. Pero ahí apareció el pie de Casillas a un tiro de Camoranesi que cogió al arquero corriendo en dirección contraria al lanzaminto.

En la prórroga, Di Natale estuvo cerca del gol, pero Casillas, al igual que Buffon, sabía que el pase se iba a jugar en los penaltis. Despejó a córner y se puso a pensar que era hora de reescribir la historia negra de la selección española en esta parte del juego. La tranquilidad de Buffon y la seriedad del español empujaban el corazón de los españoles hacia sus gargantas. Villa y Cazorla no cayeron en el engaño del espigado meta italiano y anotaron los dos primeros lanzamientos de España. Casillas estuvo apunto de pararle el suyo a Grosso, aunque si lo hizo con De Rossi. ¡Qué paradón! Después llegaría el fallo de Güiza; la parada a Di Natale; y como colofón final, el gol de Cesc. ¡Gracias Iker! ¡Gracias España!

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