Alejandro ruiz huerta. superviviente del atentado de atocha

"Fui el último en salir, me sacaron entre un policía y un barrendero"

  • Es el único que vive de los nueve inquilinos del despacho

  • Miembro de la Fundación Atocha, enseña Derecho Constitucional en Córdoba

Alejandro Ruiz Huerta, el 13 de enero en La Zarzuela con Felipe VI, que recibió a la Fundación Abogados de Atocha.

Alejandro Ruiz Huerta, el 13 de enero en La Zarzuela con Felipe VI, que recibió a la Fundación Abogados de Atocha. / efe

Alejandro Ruiz Huerta (Madrid, 1947) fue uno de los cuatro heridos de la masacre de Atocha 55. Los otros tres ya fallecieron: Luis Ramos Pardo, en 2005; Miguel Sarabia, en 2007; Dolores González Ruiz, en 2014. Trabaja en Córdoba de profesor de Derecho.

-40 años después, ¿ese crimen supuso el final de los 40 años de franquismo?

No quiero hablar de los asesinos, cada 24 de enero pedían marisco para celebrarlo en la cárcel"

-Todavía hay restos del franquismo. Tenemos una democracia de mínimos. Hay que hacer cambios en la Constitución, pero eso da para una tesis doctoral.

-¿Hay alguna tesis sobre la matanza de Atocha?

-Yo prefiero hablar de atentado. Ha habido muchísimos trabajos de investigación de Universidades extranjeras, en Francia sobre todo.

-Usted nació el mismo año que Sauquillo y era vecino de Benavides...

-Más que vecinos éramos íntimos amigos. Estudiamos en el Icade Derecho y Empresariales, que ahora está de moda. Montamos un despacho de abogados antes de Atocha. Con Sauquillo coincidía en los juicios. El Partido Comunista tenía una organización de 180 abogados, sólo en Madrid.

-Parece que ustedes no deberían estar allí esa noche...

-Podíamos estar en el 55 o en el 49. No se pudo celebrar la reunión en Fuencarral con Deicinsa, una sociedad anónima en la que estaban Eduardo Mangada y Ramón Tamames. Hablamos con Manuela Carmena, que era titular de dos de los despachos.

-El libro de los hermanos Martínez Reverte cuenta que usted fue el último en ser evacuado...

-Yo también escribí un libro, La memoria incómoda.

-¿Por qué es incómoda?

-En la memoria histórica siempre hay un enfrentamiento entre la memoria real y la memoria oficial. La memoria siempre resulta incómoda para el poder; en este caso, le cuesta aceptar que ese atentado fue una de las claves de la Transición democrática.

-¿Vio a los asesinos?

-Yo declaré en el juicio y ellos estaban detenidos. De ellos no quiero hablar, no me interesan nada. Todos los 24 de enero pedían marisco en la cárcel para celebrar su hazaña.

-¿Pudo ir al entierro?

-Estaba en el hospital. Ya me hubiera gustado. Fue una manifestación de duelo en un bucle de violencia a través del silencio.

-¿Es verdad que se salvó por el capuchón de un bolígrafo?

-Un Inoxcrom que me lo dio esa misma mañana Ángel Rodríguez Leal, que fue el primero en morir porque volvió para recoger algo que había olvidado. Por lo visto, un disparo rebotó en la pared y el impacto lo frenó el capuchón del bolígrafo, que después encontró mi abogada, Cristina Almeida. Enrique Valdelvira estaba ya medio muerto y tapó mis zonas vitales. Eso no lo olvidaré nunca. En mi pierna derecha conservo varios impactos de bala.

-¿Qué hace en Córdoba?

-Dejé el movimiento vecinal en 1979; también dejé el Derecho. Trabajé en el Congreso de los Diputados y cuatro años en la Junta de Castilla-León. Desde 1987 soy profesor de Derecho Constitucional. Primero en Valladolid, Burgos y ahora en Córdoba. Mi madre es cordobesa. El apellido de mi madre es Carbonell.

-Lo sacaron entre un policía y un barrendero...

-Esperé a que se fuera todo el mundo. Llegó la Guardia Civil, algunos vecinos. Me cogieron entre un policía y un barrendero bajando las escaleras porque no funcionaba el ascensor.

-Lo sacan como un torero y nació en 1947, el año que muere Manolete...

-Mi abuelo Antonio Carbonell era muy amigo de Manolete.

-El actual rey Felipe cumplía nueve años seis días después, el 30 de enero de 1977...

-Me adelanté a felicitarlo en su cumpleaños. Le pedimos audiencia hace seis meses y recibió el 13 de enero en La Zarzuela a la Fundación Abogados de Atocha. En el treinta aniversario nos recibió el rey Juan Carlos y nos parecía que en los cuarenta años debíamos ver al actual Jefe del Estado.

-¿El niño de entonces fue consciente de la relevancia?

-Aunque era un enano, el príncipe Felipe estuvo siempre al servicio del Estado con su padre y está al corriente de todas las claves de la Transición. Fue muy interesante el encuentro y demostró una gran sensibilidad.

-¿Participaron en la película de Juan Antonio Bardem Siete días de enero?

-Los cuatro supervivientes estuvimos con él. Aceleró mucho para hacer la película y nos dio un pase privado en el centro de Madrid. Fue muy duro, muy triste, pero muy emocionante.

-¿Quién hace de usted?

-José Pedro Carrión.

-¿Qué va a hacer el martes 24?

-Iremos al cementerio de Madrid y la plaza de Antón Martín, junto al monumento El abrazo, de Juan Genovés. Ese día se va a presentar el libro Tres mujeres comprometidas. Paca Sauquillo, Cristina Almeida, Manuela Carmena.

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