La moción de censura de Podemos contra Mariano Rajoy se ajustó en parte al guión preconcebido: largas intervenciones de los promotores de la iniciativa (Pablo Iglesias e Irene Montero emplearon más de cinco horas en el total de sus intervenciones), los embrollos judiciales del PP fueron el arma arrojadiza del candidato alternativo ("va a pasar a la historia como el presidente de la corrupción") y la crónica de la muerte anunciada del órdago morado, que se consumará hoy entre la abstención del PSOE y el rechazo de Ciudadanos, permitió al jefe del Ejecutivo tratar con desdén a su látigo, al que espetó que "cuanto más le conocen, menos le votan" y que el Gobierno que postula sería "letal para el interés general". Pero también hubo elementos imprevistos en el debate, como ver a Iglesias más contenido que en anteriores lides parlamentarias, adoptando un perfil institucional; o a Rajoy tomando la iniciativa con una réplica muy dura en la que habló de "sobreactuación indignada", "estilo desabrochado", "devoción por la política como espectáculo que le incapacita como gobernante", "insolencia deliberada y "barniz de impertinencia".

En la primera jornada del debate de la moción de censura, el candidato a la Presidencia por Unidos Podemos cedió además un papel principal a su portavoz, Irene Montero, para denunciar la corrupción del PP y sus consecuencias.

Usted no debería ser presidente porque sería letal para el interés general"Con insolencia deliberada, busca la división de los españoles entre buenos y malos"Ha dado pruebas sobradas en piruetas a corto plazo. No es fiable. No le gusta nuestra democracia"La moción es chusca, cuanto más les conocen los españoles, menos les votan"Va siendo hora de que gobierne España alguien que no tenga tantos amigos en la cárcel"Va a pasar a la historia como el presidente de la corrupción, como Aznar de la guerra"España es mucho más que su Monarquía y tiene sus realidades plurinacionales"Ustedes están hundiendo España y además están frustrando a nuestros jóvenes"Los morados subrayan los "nervios" de Rajoy y en La Moncloa lo sitúan como "claro vencedor"

Iglesias le advirtió luego a Rajoy que va a pasar "a la historia como el presidente de la corrupción", igual que Adolfo Suárez fue el de la Transición, Felipe González el de la modernidad, José María Aznar el de la "guerra" y José Luis Rodríguez Zapatero el de la "crisis".

Le recordó también que "las leyes están para cumplirlas" y que España no puede permitirse que "las instituciones estén copadas por corruptos", y por eso -enfatizó- "hay que echar" al PP del Gobierno.

Y cuando Rajoy le espetó que "no aprueba ni de lejos como candidato" y que "no es de fiar", Iglesias le replicó que "va siendo hora" de que gobierne alguien que no tenga tantos "amigos en la cárcel". "No sé si escraches, pero delincuentes amigos suyos tienen más que nadie", señaló Iglesias con un tono menos bronco que el que utiliza en otras ocasiones con el Gobierno e incluso con el PSOE.

El líder de Podemos presentó un programa alternativo en el que el reconocimiento de la plurinacionalidad tiene un lugar destacado, con una apuesta por un referéndum en Cataluña con garantías y reconocimiento; punto en el que Rajoy le exigió más "claridad" y menos "ambigüedad".

Iglesias, por su parte, avisó al jefe del Ejecutivo de que si trata de "tapar la corrupción usando a Cataluña y apelando a los peores instintos reaccionarios" les tendrá enfrente y confió en que el PSOE se sitúe en esa misma posición.

En su proyecto incluyó también 11 medidas anticorrupción, entre las que destacan el cambio del sistema de elección del fiscal general del Estado para reforzar la independencia judicial; una nueva ley de contratación pública y otra de financiación de partidos que limite el endeudamiento bancario y las donaciones.

Derogar la reforma que acortó los plazos de las investigaciones penales, una ley contra las puertas giratorias, acabar con el secreto bancario, endurecer las penas del delito fiscal y crear el de enriquecimiento ilícito, son otras propuestas que, según dijo, el PP no podría poner en marcha porque "a lo mejor, más gente de su partido terminaría en la cárcel".

En materia económica se inspiró en el modelo del Gobierno socialista portugués para proponer una subida del salario mínimo hasta los 950 euros durante la legislatura, la revalorización de las pensiones con el IPC, reducir la jornada laboral a 35 horas semanales y la educación infantil universal y gratuita desde los cero años.

Iglesias hizo suyos además los "éxitos" de los llamados ayuntamientos del cambio -muchos de sus alcaldes le arropaban ayer desde la tribuna, con la notable ausencia de Manuela Carmena-, porque considera que son el aval que demuestra que ya gobiernan mejor que el PP y han devuelto la "dignidad a las instituciones".

Tras once horas de debate, Podemos se felicitó por la actuación "solvente" de su candidato frente al "nerviosismo" de Rajoy. Sin embargo, el Gobierno mostró su euforia y fuentes de Moncloa situaban al jefe del Ejecutivo como "claro vencedor".