Mariano Rajoy ha dado por inaugurada una nueva etapa en el PP, no tan centrada ya en las siglas del partido como en un nombre: el marianismo. Como si de una nueva corriente se tratara, el líder de los populares definió lo que en el futuro va a ser su credo político: "El marianismo es la normalidad, el centro, las mujeres, el diálogo y el futuro".

Con estas palabras, que pronunció ayer en el transcurso de una entrevista radiofónica en la cadena Ser, el líder del PP imprimía deliberadamente un tono presidencialista a su recién reestrenado liderazgo. Y como en días precedentes, tras ser reelegido en el cónclave de Valencia, Rajoy marcó nuevamente distancias con su antecesor, José María Aznar. Para ello, entró en el juego de rimas que le sirvió en bandeja el periodista para definir a tres miembros de su partido: el propio Aznar, Aguirre y Gallardón. "Aznar rima con colaborar o molestar", le planteó el periodista. Rajoy replicó: "En ningún caso rima con molestar y sí con no estar", ya que "no está en la vida política y está en eso, fuera de la política".

A la pregunta de con quién rimaba mejor Alberto Ruiz-Gallardón si con ilusión o ambición, Rajoy contestó que tanto con "ilusión" como con "ambición", pero "controlada". Finalmente, interrogado sobre la rima que sintoniza mejor con el temperamento de Esperanza Aguirre y si ésa podría ser "la esperanza es lo último que se pierde", Rajoy bromeó que "eso no rima, y por eso no vale".

Menos distendido, el líder del PP se pronunció también sobre las posibilidades de que el eurodiputado Jaime Mayor Oreja repita como cabeza de lista en los comicios europeos, limitándose a asegurar que "todavía" no se ha cerrado esa decisión. Sí se mostró más contundente cuando dijo verse como candidato a La Moncloa en las elecciones de 2012 al tiempo que se mostró "muy animado" con el respaldo del 84% de compromisarios conseguido en la cumbre de Valencia. Anunció además que se reunirá con el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, "antes de las vacaciones de agosto".