Integrantes de las listas de Demokrazia 3 Miloi (D3M) pidieron ayer a la "gente abertzale y de izquierdas" que no se abstengan sino que voten por esta candidatura pese a estar anulada por su conexión con ETA-Batasuna.

El Tribunal Constitucional confirmó el jueves por unanimidad la decisión de la sala del 61 del Tribunal Supremo de anular la proclamación de las candidaturas de D3M y Askatasuna, por lo que no podrán participar en las elecciones vascas del 1 de marzo.

El integrante de la lista vizcaína Julen Aginako anunció que D3M recurrirá estas resoluciones judiciales ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo y aseguró que "D3M está esperanzada y convencida" de que les "dará la razón". "Ni abstención, ni voto nulo. La izquierda abertzale, el 1 de marzo, voto válido, miles y miles de votos válidos, que valen su peso en oro, para empujar la democracia en Euskal Herria y para frenar ese nuevo fraude constitucional y estatutario que quieren hacer el PNV y el PSOE", remarcó.

Aginako aseguró que "las sentencias del Supremo y del Constitucional no cumplen ningún requisito del relator de las Naciones Unidas, que son que haya prueba contundente, ponderada, proporcional y garantía judicial". Además, criticó "el silencio cómplice de los aprobetxategis (aprovechados) del PNV y compañía, porque el PSOE toma la decisión política, pero con su silencio cómplice todos quieren sacar tajada de esta escandalosa agresión antidemocrática".

Al contarse el voto nulo se podrá ver cuál es el respaldo electoral de la izquierda radical abertzale, que tuvo 150.000 votantes hace cuatro años.

En las anteriores autonómicas sólo hubo 4.000 votos nulos en todo el País Vasco, y en las últimas elecciones en las que la izquierda abertzale pidió el voto nulo, en las generales del 2004, hubo 104.000 votos nulos.

Al no promover la abstención, se abre la incógnita sobre cuántos votantes de la izquierda abertzale van a votar y apoyan a otras candidaturas, en vez de votar nulo, lo que influiría en el reparto de escaños del Parlamento de Vitoria.

Mientras tanto, prosigue la investigación del último atentado etarra en Madrid. Los expertos han determinado que la furgoneta-bomba que estalló en el Campo de las Naciones estaba cargada con unos 80 kilos de explosivos. Además, el Consorcio de Compensación de Seguros valora en más de 4,3 millones de euros los daños materiales causados por la explosión.