Entre leones

Menudo susto: ZP en el Congreso

  • La imputación de Rato y el carbón crean zozobra en el PP. Soria, Báñez y Fernández Díaz, en la picota. Felipe González suspende al Gobierno. Soledad Becerril debuta en el Congreso. Pajín se marcha de cooperante

Rato

La imputación del ex vicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato y otros 13 militantes del PP en el caso Bankia ha encendido todas las alarmas en el Palacio de La Moncloa y en la calle Génova. Por mucho que los aznaristas anden ahora diciendo que Aznar lideró en persona la política económica entre 1996 y 2004, Rato no deja de ser Rato. Los ratistas están que trinan con Rajoy. Acusan en privado al presidente del Gobierno de haberlo dejado caer de la presidencia de la entidad financiera madrileña y de no estar ahora dando la cara por él. El asunto tiene muy mala pinta, sobre todo si, como es previsible, el político asturiano comparece finalmente en el Congreso de los Diputados para dar su versión de una intervención que trajo aparejado el rescate bancario. Y alguna cosilla más de las tripas del partido. De entrada, para intentar aplacar los ánimos, el PP ha filtrado que lo suspenderá de militancia.

Carbón

Como no tenía bastante con Rato, los recortes a la minería decretados por el Gobierno están abriendo otra brecha en el seno del PP. A la marcha del senador leonés Juan Morano -un político muy apreciado por la vieja guardia del partido (los del pelo blanco)- al Grupo Mixto tras ser expedientado por apoyar unas enmiendas de la oposición en el Senado, hay que sumar el órdago lanzado por el presidente de Castilla-León, Juan Vicente Herrera, que retó al Gobierno y a su propio partido a defender las ayudas al carbón por entender que el recorte es "brusco y excesivo". Con la 'marcha negra' a las puertas de Madrid -llegará el próximo miércoles-, el ministro de Industria, José Manuel Soria, puede encontrarse con nuevas disensiones.

E-mail

Otra que las está pasando canutas es la ministra de Empleo, Fátima Báñez, tras filtrar desde su propio correo electrónico el ERE planteado por el PSOE sobre 180 de sus trabajadores a un periódico capitalino. Hasta ahora no ha dicho ni pío, pero tendrá que defenderse en el Congreso (los socialistas han pedido su comparecencia urgente) y a lo peor en los propios tribunales de Justicia.

ETA

Otro ministro que está en la picota es el titular del Interior, Jorge Fernández Díaz, tras anunciar esta semana "una buena noticia" que podría estar relacionada con ETA. Cinco horas más tarde, agentes de los servicios antiterroristas franceses detuvieron en una pequeña localidad al sur de Francia al presunto etarra Juan María Mujika, acusado de forma parte del aparato logístico de ETA y de haber participado en el traslado de misil destinado a atentar en 2001 contra el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar. Pues bien, la indiscreción de Fernández Díaz a punto estuvo de estropear la operación. Cuando se enteró la juez encargada del caso, se negó a autorizar la entrada en la vivienda y los policías franceses tuvieron que esperar a que Mujika saliera de su casa. Ni que decir tiene que en los servicios antiterroristas están alucinando con Fernández Díaz.

Buena acogida

En su primera comparecencia en el Congreso, la futura Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, se marcó como prioridad de su mandato "la protección y el reconocimiento de las víctimas del terrorismo, así como estar al lado de las "mujeres amenazadas por el miedo". La elección de la ex alcaldesa de Sevilla y de su segundo, el socialista Francisco Fernández-Marugán, ha sido muy bien acogida por la mayoría de los grupos políticos.

Felipe

El ex presidente del Gobierno Felipe González apareció esta semana en TVE para asegurar que "el Gobierno tiene poca relevancia en Europa", y se mostró convencido de que España no cumplirá con el objetivo de déficit ni en 2012 ni en 2013. A su juicio, sería "un crimen de lesa ciudadanía" exigir al presidente del Gobierno que cumpla el objetivo de rebajar el déficit al 3% en 2014.

Pajín

Leire Pajín renunció a su acta de diputada para incorporarse a la Organización Panamericana de Sanidad, de la OMS.

Menudo susto se llevó más de uno cuando vio aparecer el miércoles pasado al ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero por el patio del Congreso de los Diputados. Pero estaba de paso, no venía a ocupar de nuevo el primer sillón azul. El leonés compartió mesa y mantel con el presidente la Cámara Baja, Jesús Posada; el portavoz socialista, José Antonio Alonso, y el vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas. Pese al rodillo popular, que deja poco margen, Posada está siendo en estos primeros meses de legislatura un buen inquilino del palacio de la Carrera de San Jerónimo. Con Gallardón ha tenido más de una.

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