"Ojalá nos pongamos de acuerdo para sacarlos del Gobierno más temprano que tarde". Con esta aspiración, Pablo Iglesias volvió ayer a tantear al PSOE para unir fuerzas y forzar la salida de Mariano Rajoy de La Moncloa. La moción de censura fracasará hoy, presumiblemente, con la abstención del PSOE, pero el candidato de Podemos se mostró partidario de hacer un segundo intento de la mano de las socialistas del renovado Pedro Sánchez. Pero "sin la muleta naranja" de Ciudadanos.

Podemos, sus confluencias y el PSOE suman 155 diputados, sin contar con el canario Pedro Quevedo. Con los diputados de Albert Rivera sosteniendo al Gobierno popular y sin contar con los nacionalistas catalanes, las cuentas siguen sin salir. Pero el líder de Podemos sigue confiando en una mayoría alternativa. Por eso ayer reconoció los "errores" que cometió tras las elecciones de diciembre de 2015 y pidió al PSOE que "asuma los suyos" y trabaje con su partido. Pese a los desacuerdos pasados, Iglesias recalcó que está dispuesto al diálogo y al entendimiento con el los socialistas, sobre todo tras "la lección" que las bases socialistas han dado al "establishment" al elegir secretario general a quien fue "descabalgado".

El líder de Podemos reconoce sus "errores" y pide a los socialistas que hagan lo mismo

El tono de Iglesias con el PSOE es distinto del empleado hasta ahora. Lo reconoció y lo agradeció el portavoz socialista en el Congreso, José Luis Ábalos, que agradeció el "evidente cambio de posición". Ahora bien, quiso dejar claro que para que las dos formaciones de izquierda puedan construir juntas una alternativa de Gobierno se necesitan "hechos", no sólo palabras y buenos propósitos.

El portavoz socialista echó en falta en el discurso de Podemos más fundamentos que sostuvieran la crítica al PP, que excede la corrupción. El representante del PSOE aseguró que "ponerse a la cabeza" de la protesta contra la corrupción del PP no basta para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa.

Como era previsible, Ábalos sostuvo que el Ejecutivo del PP fue posible gracias al veto a Pedro Sánchez de Podemos, que sólo con su abstención en marzo de 2016 podría haber impedido la segunda legislatura de Rajoy. Por ese motivo los socialistas tienen la impresión de que la moción sólo va a servir para generar más "frustración" en todos aquellos españoles que quieren un cambio, pues consideran que debate parlamentario, hasta el momento, le está suponiendo una "inyección de oxígeno" al Gobierno en un momento en que parecía que estaba un poco "acorralado".