El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, pidió ayer al Gobierno más reformas y ajustes, "en la misma línea de los adoptados hace unos días", para calmar a los mercados después de que la prima de riesgo española haya superado los 630 puntos básicos y pese a que el propio organismo confirmó ayer en su último boletín que la recesión económica se agrava en España.

"Lo que está claro es que ahora hace falta algo más para restaurar la tranquilidad en los mercados", afirmó Restoy, que también señaló la "necesidad" de mecanismos "que fortalezcan la unión monetaria europea". En cuanto a la posibilidad de que los mercados estén solicitando el rescate total de España, el subgobernador pidió "no especular con qué quieren o no los mercados", y destacó que "están mostrando su intranquilidad respecto a la situación española y europea".

Tras su intervención en la inauguración de un seminario, el dirigente del supervisor nacional mostró su respeto hacia la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de no comprar deuda soberana, "ya que el Banco de España es parte del Eurosistema y tiene que ser respetuoso con las decisiones de sus órganos colegiados". No obstante, Restoy reconoció que los "problemas" de las primas de riesgo de España e Italia "no son sólo de sus países, pues los mercados están mostrando su inquietud con la situación de toda Europa". Consideró que en la resolución de la situación "distintos actores deben asumir su responsabilidad".

Por su parte, el boletín del Banco de España de julio y agosto confirmó ayer que la recesión se agudiza en España. La caída del consumo privado y el recorte del gasto público durante el segundo trimestre debilitaron la demanda nacional, lo que agravó la contracción de la economía, que entre abril y junio cayó el 0,4%, una décima más que en el trimestre precedente.

Según sus estimaciones, el consumo de las familias cayó en el segundo trimestre un 0,5%, frente al 0,1% del anterior, lo que se debe a la debilidad del mercado de trabajo y a las malas expectativas sobre su posible recuperación. Durante ese periodo, dice, se destruyó empleo a un ritmo del 4,6% interanual.

La misma desconfianza de las familias la mostraron las empresas, cuya falta de perspectivas claras provocó una caída de la compra de bienes y equipos del 2,2% entre abril y mayo. La inversión en construcción, uno de los principales componentes del PIB, se contrajo también como consecuencia del ajuste en el sector residencial y en el ámbito de la obra pública.

La caída del gasto de las administraciones es otro de los factores que contribuye a la debilidad de la demanda nacional, a pesar de lo cual la evolución del déficit en el primer semestre no se está ajustando a los objetivos comprometidos.

Frente a la flaqueza de la demanda interna, con una contribución negativa al PIB trimestral del 1,2%, destaca la evolución positiva del sector exterior, que aportó un crecimiento del 0,8%, gracias a la recuperación de las exportaciones.

Los precios mantuvieron una subida media del 1,9% en el segundo trimestre y el Banco de España prevé repuntes en los próximos meses debido al alza del IVA y de las tarifas de la luz, los medicamentos o las tasas universitarias.

En estas circunstancias, el Banco de España aboga por que se acelere la liberalización de algunos sectores y que se reduzcan las trabas a la actividad económica.