“Ayer estaba aquí con su mujer y su hijo. Y hoy está muerto”, narran algunos malagueños conocidos del guardia civil asesinado por la banda terrorista ETA. Juan Manuel Piñuel Villalón disfrutó de su último día de vida en Málaga, junto a su familia, que vive en el conocido barrio de El Palo. El martes debía incorporarse a su puesto de trabajo en el País Vaco y en la primera guardia, durante la madrugada del pasado miércoles, una furgoneta bomba terminaba con su vida. Ayer, sus vecinos malagueños no se lo podían creer.

Piñuel apenas llevaba dos meses en el País Vasco. Concretamente el pasado 11 de marzo se incorporó a su destino en Legutiano (Vitoria). Anteriormente estuvo destinado durante seis años en la localidad valenciana de Llombai, pero su objetivo era conseguir el carácter preferente y poder volver a Málaga con su familia. “Tres años debía estar allí, eso es lo que solemos hacer todos los que queremos volver a nuestra tierra”, explica Antonio Gaspar Jurado, secretario provincial de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Málaga. Juan Carlos Gabriel, un compañero de Piñuel en el País Vasco, declaró ayer a la Cadena Ser que no quería que su familia le acompañase por miedo a sufrir un atentado. “Quería muchísimo a Málaga y soñaba con volver a su tierra”, subrayó.

Así, el tradicional barrio de El Palo se levantó ayer de luto. Desde primeras horas de la mañana la noticia corrió como la pólvora de boca en boca. “¿Es el yerno de Loli? No puede ser”. Mientras los vecinos malagueños de Piñuel se iban enterando del suceso, su esposa volaba al Vitoria en un avión militar, según confirmó el subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna. Durante toda la jornada un rosario de conocidos fueron pasando por el número 24 de la calle Rodrigo Saavedra, donde vive la familia del agente asesinado.

Hoy se celebrará un funeral en Vitoria y numerosos actos en Málaga, entre ellos, los compañeros del colegio del hijo de Piñuel realizarán un parón de dos minutos.