Alhambra Nievas. Árbitra de rugby e ingeniera en Telecomunicaciones

"No comprendo al que paga una entrada para gritar"

"No comprendo al que paga una entrada para gritar"

"No comprendo al que paga una entrada para gritar" / m. g.

-Estará ya cansada de que le pregunten por el ingenio de su nombre y apellido.

-El nombre es por la nostalgia de mis padres por irse a trabajar fuera de Granada, mi madre es una apasionada de la ciudad y tenía morriña de la tierra.

-Que sea ingeniera de telecomunicaciones y se dedique profesionalmente a arbitrar partidos de rugby, ¿sorprende más a los colegiados ingenieros o a los colegiados árbitros?

-A todos. A los árbitros porque ninguno puede por desgracia dedicarse plenamente al arbitraje y a los ingenieros les extraña que haya elegido ese camino cuando en el otro tendría más estabilidad.

En el Congreso hay menos empatía y menos ganas de entenderse que en un campo de rugby"

-Pensó en estudiar Ciencias Políticas, pero rechazó la idea porque, dijo una vez, "como está la política sería una frustración". ¿Cree que es complicado dedicarse a ella?

-Debes tener un perfil muy claro y ciertas habilidades personales porque es un mundo muy complicado. Además, he descubierto en el deporte algo apasionante, tanto a nivel deportivo como fuera del campo. Encajo mejor ahí, pero admiro a los políticos.

-¿Hay menos diálogo en el Congreso que en un campo de rugby?

-Hay menos empatía en general y menos ganas de entenderse que en un campo. En el rugby entendemos que sin árbitro y sin rival no se juega.

-¿Qué le diría a una madre que prefiere no inscribir a su hija en un equipo de rugby por violento?

-Que se pierde muchísimo, su hija en un equipo de rugby se desarrollaría mucho mejor como persona y deportista, y como mujer está limitando su igualdad con los hombres. Vetar eso es ir en contra de la igualdad.

-El videoarbitraje ha revolucionado el rugby en la última década, ¿por qué los futboleros son tan reticentes?

-Es difícil que se implante porque se eliminan muchas situaciones polémicas que el fútbol alimenta. Si evitas eso, los minutos en prensa se reducirían mucho. Los errores son parte del entramado del fútbol. En el rugby se usa en determinadas situaciones y soy fiel defensora con un protocolo y estando reglado.

-¿Tan difícil es erradicar las protestas de los futbolistas o es que no interesa?

-Es algo demasiado cultural de la atmósfera del propio fútbol. A veces ves a gente insultando al árbitro antes de que empiece el partido. Habría que hacer muchas campañas y que los clubes y las federaciones se implicaran más para que las aficiones sean respetuosas y que vayan al fútbol como si fuera una fiesta y no como algo fanático. No comprendo que alguien pague una entrada para gritar y hacer comentarios negativos del rival o del árbitro. Nadie va al cine, al teatro o a un concierto a pasarlo mal.

-Fue antes jugadora, como otros árbitros de rugby. ¿Ayuda para pitar haber estado en la otra parte?

-Debería ser casi obligatorio, porque hay una gran diferencia cuando conoces el juego y has competido a la hora de interpretarlo.

-¿Cómo se impone la autoridad a un señor que pesa el doble que usted?

-Con respeto. El jugador de 120 kilos entiende su rol y también el mío.

-Arbitró en Río la primera final olímpica de la historia del rugby 7. ¿En qué ayuda esta modalidad al crecimiento de su deporte?

-El rugby 7 se ha impulsado en los últimos años sobre todo por la inclusión en el programa olímpico. Ha sido un trampolín para el número de licencias, clubes, competiciones y tenemos dos selecciones de primer nivel.

-En 2016 fue la primera mujer elegida mejor árbitro del mundo, ¿qué valor le da con el tiempo?

-Significó mucho. Están cambiando las cosas y se nos dan oportunidades en competiciones masculinas. Ése es el mayor valor que le doy. Ha sido positivo y se ha valorado el arbitraje. Muchas veces la gente se olvida de que somos deportistas, es un trabajo y nos preparamos.

-Dijo: "Esta sociedad necesita más rugby". ¿Cómo?

-De muchas formas. Un primer paso sería darlo a conocer en el programa escolar para practicarlo y mejorar las instalaciones. También inversión para formar. Hay que crecer en todo, que se acerquen más empresas al rugby. Y que los medios visualicen más el deporte no sólo a nivel deportivo sino el humano. Hay muchos proyectos inclusivos, el rugby mejora muchas vidas. Cuando llegas a un equipo, entras en una familia.

-Ha tenido éxito la campaña de Joma con cuatro internacionales españolas denunciando comentarios machistas de gente de su entorno en contraste con elogios que luego recuerdan. ¿Echa en falta a hombres?

-Sí, por recalcar que convivimos con igualdad real. En el rugby no hay comentarios machistas, son estereotipos de gente de fuera.

-Defensora del tercer tiempo, elija cerveza: ¿Alhambra granadina, Cruzcampo sevillana o Victoria malagueña?

-Mi favorita es la Alhambra, pero no sólo por mi nombre. También me gustan la Cruzcampo, la Victoria y la Estrella Galicia.

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