dANIEL STIX. Deportista paralímpico

"Luchar en el día a día es ver el vaso más medio lleno que medio vacío"

El deportista paralímpico Daniel Stix. / MANU DE LEÓN

El deportista paralímpico Daniel Stix. / MANU DE LEÓN / manu de león

-Participó en los Juegos Paralímpicos de Río. ¿Van agotándose los sueños según van cumpliéndose?

-Para nada. Me quedan muchos. En 2018 está el Mundial de Hamburgo. Luego, los Juegos de Tokio de 2020. Siempre hay metas.

-¿Cómo lleva haberse convertido de un día para otro en una persona conocida?

-Es una oportunidad que la vida me ha puesto enfrente y que he dedicido aprovechar. Puedo conocer a muchas personas que me están ayudando a crecer como persona. Además, la posición de famoso, famoso entre comillas, puede servir para transmitir un mensaje de normalidad y buen rollo.

-A alguna gente se le hace pesado ser conocido. ¿Es ese su caso?

-En alguna época incluso me paraban por la calle. Y tienes que reírte por lo que eso verdaderamente significa, pues, al final, no me siento nada particular.

-¿Se considera un modelo social?

-No, pero me gusta que en la televisión se vea una cara distinta sobre la incapacidad. Cada uno tiene sus experiencias, que podrán ser más o menos duras, pero siempre hay vida. Luchar más es ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío.

-La práctica del deporte debe significar algo distinto para usted que para quien no tiene incapacidad.

-Para mí el deporte lo es todo. Desde pequeño lo he tenido muy claro. Siempre ha sido una pasión, lo que me hacía sentir vivo. Mis padres me cuentan que siempre he sido muy activo y que, con dos años, ya chutaba con las manos un balón.

-Estaba claro que era un hombre de acción.

-Mis padres han tenido mucho que ver en todo esto. Veían mi actividad desde que era tan niño y procuraron promover mi tendencia natural a moverme. Siempre han estado muy encima para ayudarme en todas mis etapas, desde que empecé yendo una vez a la semana a jugar al baloncesto en una asociación de Alcobendas. El deporte siempre ha sido para mí lo primero, pero sin dejar de atender los estudios.

-¿Es un hombre de pensamiento también?

-Ya se ocupaba mi madre de advertirme de que lo primero era lo primero. Buenas collejas me han caído. Estoy estudiando Economía, aunque antes quise ser médico y, más adelante, quise ser bioquímico.

-Pues ha tenido usted en pocos años más vocaciones que la mayoría tiene en una vida.

-Con la Medicina he tenido una relación especial desde que nací. Los médicos me salvaron la vida. Significa mucho para mí, pues gracias a ellos estoy ahora aquí.

-Y cómo pasó de las ciencias de la naturaleza a una ciencia de otra naturaleza, como la de los números.

-La Bioquímica y la Economía son dos disciplinas que estudian cuestiones que deberían interesarnos a todos. Los seres vivos somos química. Y para lo bueno y para lo malo, la Economía está relacionada con todo. Somos parte de un sistema económico y financiero y quiero entender por qué pasan las cosas que pasan.

-Además del deporte y de seguir con sus estudios, imparte charlas. ¿Le hacen preguntas difíciles?

-(Risas.) No tanto... Lo normal. Me llama la atención el asombro que provoca en la gente escuchar cómo llevo una vida cotidiana, viviendo solo y con normalidad. Antes, la discapacidad podía verse como algo malo, pero creo que hoy puede tomarse como una circunstancia más de la vida. Al menos para mí. Si se nace y crece con discapacidad, se tiene como algo normal.

-¿A Sevilla ha venido a una jornada para empresarios y directivos a hablarles sobre qué en concreto?

-Yo dejo claro que soy un loco del deporte, que es algo con lo que disfruto al máximo. Luego, las experiencias que he tenido y sus principios valen igual para una joven empresaria que para un señor de 70 años. Son los fundamentos de la vida que me han servido y que creo que son válidos para todos.

-¿Eso no suena muy ambicioso?

-En realidad son cosas sencillas, cosas sabidas, pero contadas desde mi punto de vista, mediante historias que me han pasado a mí. Pero, desde luego, la vida es de cada uno y todo es más complicado. Caer y levantarse puede parecer fácil, pero no siempre lo es.

-¿Cuánto mejor viven ahora las personas con discapacidad que hace unos años?

-Mucho. Hay iniciativas sociales y empresariales que están innovando mucho. Poco a poco se ven más edificios con accesos adaptados. Pero no sólo se trata de barreras arquitectónicas, sino de las barreras mentales. También en eso está avanzándose.

-Ha estudiado en Estados Unidos. ¿Es muy distinto?

-Allí no hay un edificio sin acceso o baño para discapacitados. En España queda mucho por hacerse. No hay que fijarse sólo en lo bueno sino en lo que hay que mejorar, señalar que hay problemas que siguen ahí.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios