Málaga

Comprar, vender y ganar

  • Inquietud por los efectos de la estrategia de los fondos, más centrados en la rentabilidad que en el compromiso con el sector

Los fondos y su lluvia de dinero están siendo saludados por el sector hotelero como una bendición colectiva: los inversores encuentran un activo rentable que destaca en un panorama sombrío, mientras que las cadenas de alojamientos descubren una fórmula extraordinaria de liquidez para acometer su expansión sin necesidad de recurrir a la deuda. La alianza de intereses parece perfecta. Sin embargo, Gonzalo Fuentes, secretario institucional de la Federación de Servicios de CCOO en Andalucía, tiene serias dudas. Tantas que en realidad teme que este sea el inicio de otra tormenta perfecta. "¿Qué compromiso tienen los fondos con el hotel, el destino y el sector? ¿Cuál es su responsabilidad social?, se pregunta. "Durante la bonanza todo el mundo está contento, pero ¿qué sucederá cuando las cosas no vayan tan bien? ¿Qué pasará ese día con los trabajadores?"

La fórmula es simple: los fondos compran los hoteles y se garantizan unos ingresos fijos a los que suman otros variables vinculados a los ingresos. Mientras la ocupación está en máximos y la contratación de la mayor parte de las camas se cierra a comienzos de año con los grandes operadores, el negocio florece. La duda es qué ocurrirá si se pisa el freno.

El sector capta el interés internacional, desde George Soros a paraísos fiscales"Hay una burbuja hotelera de la que nadie quiere hablar y que es necesario controlar"

Los fondos no tienen otra misión que proporcionar las mejores rentabilidades a sus partícipes con movimientos ágiles y muchas veces imprevistos. Por ejemplo, el consejero delegado del banco de Sabadell, Jaume Guardiola, reconoció en julio, durante la presentación de los resultados semestrales, que la entidad sopesa "alternativas estratégicas" para Hi Partners, la división hotelera creada en 2015 que en la actualidad tiene una treintena de establecimientos, entre ellos los hoteles Málaga Palacio, Sercotel Málaga e Incosol. Las opciones que se barajan son vender o sacar a Bolsa el fondo.

La estrategia de Hispania, el fondo participado por el magnate y filántropo estadounidense George Soros, se mueve en términos parecidos. Esta sociedad inmobiliaria de inversión (socimi) se fundó en 2014 con un plan a seis años. En el primer trimestre de este año comunicó que iniciaba el proceso de desinversión de la cartera de viviendas (750) y oficinas (27 edificios) que ha construido en sus primeros tres años de vida, para centrarse en el sector hotelero durante los próximos tres años. En la actualidad cuenta con 38 establecimientos en España que previsiblemente se pondrán a la venta en el 2020.

Gonzalo Fuentes observa que este modelo juega a la contra del sector y de las plantillas, y es "insostenible desde el punto de vista financiero y social". Por un lado los hoteleros se ven forzados a mejorar cada año sus resultados, lo que repercute tanto en los precios como en los costes de personal. El ejemplo más evidente ha sucedido con las camareras de piso. Al calor de la reforma laboral de 2012 los hoteles han externalizado este servicio que ahora realizan empleadas de empresas de contratación temporal a precios irrisorios y en condiciones muy cuestionables, tanto que se llegan a pagar apenas 2 euros por limpiar una habitación en un tiempo máximo de 15 minutos. El abuso fue reconocido en su momento por Antonio Catalán, del grupo AC, que denunció tanto el abuso como la competencia desleal que representa para quien no recurre a estos métodos.

Fuentes llama a controlar "una burbuja hotelera de la que nadie quiere hablar" y la compara con la del ladrillo, o sea con la entrada de promotores y constructores en el segmento de los hoteles, que después arrastraron en su caída a buena parte de los establecimientos de lujo de la Costa del Sol.

Este escenario, a juicio del veterano sindicalista, también está relacionado con la incipiente turismofobia que ha empezado a despuntar en algunos destinos, porque "si el turismo parte de la precariedad laboral deja de ser una riqueza compartida, de modo que el ciudadano sufre sus inconvenientes pero no se beneficia de sus ventajas".

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