Tribuna libre

La trampa como estilo de vida

El atajo, la estafa, la farsa. Basta una mirada a los titulares de los medios de comunicación para comprobar que estamos rodeados de tramposos en todos los ámbitos de la sociedad.

A estas alturas ya no me extraña tanto fraude pero aún me asombra más la reacción de los cazados. La arrogancia. La negación de la evidencia. El victimismo. La picardía y las bombas de humo. Más trampas para tapar las trampas.

Recuerdo cuando aún sabíamos diferenciar lo que estaba mal de lo que no. Esta falta de honestidad que estamos viviendo es la obstinada demostración de que, hoy, los valores y principios están perdido su trascendencia como bastión de nuestra sociedad.

El hecho de que nuestros representantes políticos posean titulaciones universitarias, másteres, o un curriculum profesional más o menos extensos, no garantiza que sean unos buenos gestores de lo público. Sin embargo, por una cuestión de honradez y honestidad hacia los ciudadanos que representan, sería aconsejable que los curriculum que presentan en las web de la administración correspondan a la realidad contrastable.

En el Portal de transparencia de Nuestro Ayuntamiento, en el apartado de Corporación Municipal, en el que nuestros representantes cuelgan sus curriculum, hay algunas referencias que creo que deben ser examinadas.

Quizás, con la que está cayendo, sería aconsejable que nuestros representantes públicos revisasen sus curriculum, y por comparecencia ante el Sr. Secretario Municipal, como fedatario público, presentasen la acreditación fehaciente de lo manifestado públicamente en la página web corporativa, y no solo sus titulaciones universitarias, sino también su vida laboral. No están obligados legalmente a hacerlo pero sería un ejercicio de honestidad, de veracidad y de transparencia que nos merecemos los portuenses.

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