El Puerto

El socialista David de la Encina ya es alcalde con el apoyo de IU y Levantemos

  • El intenso pleno de investidura tuvo momentos de gran emoción Hubo también muchas interrupciones por parte del público y algunos episodios de tensión

Intenso y vibrante pleno de investidura el que se vivió en la mañana de ayer en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca de El Puerto. Hacía muchísimos años que no se vivía una sesión de estas características, con más de 600 personas abarrotando el patio de butacas y las gradas del edificio y con las emociones de público y concejales a flor de piel.

A las doce en punto del mediodía comenzaba la sesión con la entrada bajo mazas de los 25 concejales. Un largo y sentido aplauso acompañó la entrada de los nuevos ediles, especialmente intensos los dirigidos a los miembros del tripartito que gobernará la ciudad durante los próximos cuatro años. La entrada del nuevo alcalde, el socialista David de la Encina, fue jaleada con la gente en pie a los gritos de "¡Sí se puede!".

La mesa de edad formada por los ediles José Antonio Oliva y Ángel M.González fue la encargada de ir dando paso a los diferentes trámites del pleno. Pero el ambiente festivo no era el mismo para todos y pronto los roces entre los partidarios de unos y otros comenzaron a hacerse notar, empezando por los aplausos a los concejales a los que se iba llamando para que juraran o prometieran su cargo. Muy aplaudidos fueron los integrantes de las fuerzas del tripartito, con un auditorio mayoritariamente afín, mientras que los ediles de otras formaciones tuvieron menos apoyos.

Algunos concejales del Partido Popular, Ciudadanos o Partido Andalucista tuvieron incluso que soportar algunos desprecios por parte del público.

Cada uno de los concejales, en función de su ideología, utilizó distintas fórmulas para aceptar su cargo, desde el juramento de todos los ediles del PP a la fórmula "por imperativo legal" de uno de los integrantes de Levantemos. Los concejales de Izquierda Unida se declararon republicanos antes de prometer su cargo.

Los tres ediles más aplaudidos fueron los portavoces de las fuerzas del tripartito, David de la Encina (PSOE), Antonio Fernández (IU) y José Antonio Oliva (Levantemos), a los gritos de "¡Sí se puede!".

A las doce y media del mediodía quedaba constituida la nueva Corporación con el público en pie y una salva de aplausos. Daba entonces comienzo el segundo punto del orden del día, el de la elección de alcalde, y aquí cada edil fue depositando su voto en una urna. De nuevo aplausos para unos y frialdad para otros. El recuento tampoco estuvo exento de tensión porque, cosas del azar, los primeros votos seguidos fueron todos para Alfonso Candón, lo que sembró cierto nerviosismo entre el público. Pero era una falsa alarma. Tras el recuento todo estaba en orden y David de la Encina obtuvo el respaldo de trece concejales, la mayoría absoluta, con los votos de sus ediles, los de IU y los de Levantemos. Con la gente de nuevo en pie y a los gritos de "¡David, David!", "¡Viva la izquierda!", "¡Apemsa no se vende!" y "¡No a los parking!", el nuevo alcalde prometió su cargo y recibió el bastón de mando de la ciudad de manos de José Antonio Oliva. "¡El pueblo, unido, jamás será vencido!", seguía jaleando el público en un clima de gran entusiasmo y puesto en pie. El nuevo alcalde estrechó la mano de su antecesor, Alfonso Candón, y de buena parte del resto de los miembros de la Corporación. Mientras de la Encina mostraba al público el bastón de mando, todos los concejales de la Corporación permanecieron en pie, todos salvo el popular Millán Alegre, que permaneció sentado de forma notoria y eso le valió sonados reproches por parte del patio de butacas.

Llegó el turno de las intervenciones de cada uno de los portavoces y el pleno entonces vivió momentos de tensión. El primero en intervenir fue el portavoz del PP, Alfonso Candón, quien con la voz entrecortada en algunos momentos fue interrumpido en varias ocasiones, una actitud de una parte del público que fue reprochada por otros asistentes. Las interrupciones fueron varias pero aún así Candón concluyó su intervención. Algunos simpatizantes del PP salieron del teatro nada más terminar el discurso del ex-alcalde, visiblemente molestos.

Menos problemas tuvieron Ángel M.González y José Antonio Oliva para concluir con éxito sus intervenciones ante un público entregado, al igual que Antonio Fernández.

Pero sin duda la más afectada por las iras del público fue la portavoz de Ciudadanos, Silvia Gómez, que protagonizó un provocador discurso en el que no dejó títere con cabeza, ante un auditorio claramente hostil. Llegó un momento en el que además la reacción de parte de los asistentes se desmadró bastante y comenzaron a corearse lemas como "¡Esto es Carnaval!" o "¡Esto sí que es una chirigota!", aunque Gómez no se arrugó y terminó su intervención con la misma arrogancia con la que la había empezado, tras anunciar, eso sí, que esta será su última legislatura.

Cuando todo apuntaba a que en medio de ese ambiente crispado la intervención de Carlos Coronado iba a terminar mal, el edil del Partido Andalucista sorprendió gratamente apaciguando los ánimos y llamando a la cordura, sobre todo "por la presencia de niños en el teatro". Supo además modular la voz para acallar algunas intervenciones fuera de lugar, dejando el pleno calmado para que pudiera terminar en paz.

Cerró el pleno el nuevo alcalde, David de la Encina, con un discurso tranquilo y conciliador que puso fin a dos horas de una intensa e histórica sesión con la que la izquierda recupera la Alcaldía de la ciudad después de 24 años.

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