Un comerciante portuense que responde a las siglas L.M.S., lleva desde los 18 años en uno de los puestos de carnicería de la Plaza de Abastos y desde hace un año decidió "cerrarlo temporalmente". El motivo principal fueron las condiciones higiénico-sanitarias que según manifiesta existen actualmente en la Plaza de Abastos.

Para intentar resolver dicho problema de salubridad del edificio, el placero antes del cierre, presentó un escrito en el Área de Comercio en el que advertía de las condiciones en las que se encontraba el mercado y reclamaba una inspección sanitaria cómo se recoge en el Capítulo X del Reglamento Municipal del Mercado de Abastos, pero no le dieron ninguna solución.

Ante la negativa de Comercio, el placero decidió no abrir de manera temporal su puesto hasta que no se resolviera los problemas de higiene, pero él siguió pagando religiosamente su cuota e iba de vez en cuando para el mantenimiento y limpieza del mismo.

Sin embargo, debido a la inactividad que ha tenido el puesto, el Ayuntamiento le ha retirado la concesión, ya que según recoge el Reglamento, los titulares de los puestos están obligados a "mantenerlos abiertos al público ininterrumpidamente durante las horas señaladas".

El comerciante ha interpuesto un recurso contencioso administrativo para así reclamar la pérdida de su puesto, en el que lleva más de 30 años ofreciendo su servicio.

Asimismo, el placero alega que en los últimos meses antes de dejar su puesto por no poder más con la situación, todos los puestos eran sometidos a unas duras inspecciones sanitarias, pero que en ningún momento se examinaba el edificio en sí, donde L.M.S. denuncia "que el alcantarillado es ya obsoleto y las medidas de limpieza del recinto no son las adecuadas para la Plaza portuense".