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El Puerto

El alcalde anuncia un plan para controlar las viviendas sociales

  • La idea trata de implicar a vecinos y administraciones en la resolución de los problemas de estas promociones

El Plan de Uso y Disfrute de las Viviendas Sociales, ideado por los vecinos del Palmar de la Victoria hace ya más de tres años, se pone finalmente en marcha, según anunciaba ayer el alcalde Enrique Moresco.

Con este plan se pretende acabar con los guetos formados en algunas de las promociones públicas, a través de la coordinación entre administraciones (Junta y Ayuntamiento) como propietarias y gestoras de las viviendas sociales, y los propios inquilinos.

El presidente de la asociación de vecinos del Palmar de la Victoria, Ramón Ruiz, explica que el plan supone "una protección jurídica, administrativa y social de las viviendas", de modo que se controle el uso, o el mal uso en estos casos, de los pisos sociales, en particular de la Inmaculada o de la calle Valdés.

Con él también se quiere poner en funcionamiento las comunidades de vecinos, que en su momento quedaron inútiles ante la falta de respuesta de las administraciones a los problemas con los que se encontraban los inquilinos (desperfectos, deficiencias, falta de mantenimiento, convivencia perniciosa y antisocial, etcétera).

Ramón Ruiz entiende que ahora, el Ayuntamiento debe reunirse con la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA, dependiente de la Junta de Andalucía) para llegar a un acuerdo a la hora de poner solución a sus reclamaciones, en aquellas promociones cuya titularidad corresponde a la Administración autonómica (calle Valdés y la Inmaculada). En los casos en los que la propiedad es municipal, Ruiz señala que el Ayuntamiento podrá actuar directamente. Luego, el plan consiste en que el Ayuntamiento, a través de su área de Vivienda, convoque a los vecinos de estas promociones con la intención de comprometerles a ser "corresponsables" en el mantenimiento de las viviendas, y poner en marcha las comunidades de vecinos como intermediarios con la administración.

"Lo que no se puede consentir es que en estos barrios haya coches caros, joyas y quioscos de droga, mientras se va degradando la convivencia de unas viviendas construidas para las personas sin recursos", apostilla Ruiz.

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