Un grupo de vecinos de la urbanización Vallealto, cuyas viviendas lindan con una casa abandonada en el número 11 de la calle La Sementera, han querido expresar públicamente su desesperación ante la situación a la que se enfrentan, a causa del pésimo estado de conservación de la vivienda ubicada en dicha finca.

La casa, un chalet de dos plantas, se encuentra en situación de abandono desde hace más de diez años y prácticamente desde un principio fue pasto primero de los ladrones, que se llevaron todos los materiales de construcción reutilizables que pudieron, y luego de los ocupas y los gamberros.

Desde hace ya una década los vecinos vienen denunciando la situación a través de reiteradas llamadas a la Policía Local, aunque en la mayoría de las ocasiones cuando los agentes llegaban hasta allí los ocupantes se habían marchado, a veces alertados por las sirenas de los coches.

En los últimos meses los vecinos denuncian además un incremento de las molestias que sufren, ya que no son solo personas sin hogar las que a veces se refugian en la casa, sino que acuden pandillas del propio barrio que han tomado la zona como lugar de esparcimiento y se reúnen en la casa para beber o mantener encuentros sexuales.

Según consta en la última denuncia presentada por los vecinos, en esta ocasión ante el Ayuntamiento, "estos vándalos han llegado a saltar las vallas hacia las casas colindantes, e incluso abrir los grifos de los jardines ajenos y realizar pequeños destrozos. Muchas de estas casas están ocupadas por personas de avanzada edad, que se encuentran indefensas ante estos ataques y los pequeños hurtos que se realizan de herramientas y otros materiales", denuncian.

El jardín, lamenta los vecinos, es también un foco de insalubridad, ya que está plagado de pulgas, roedores y garrapatas y ya se han producido varios incendios, ya que los gamberros suelen encender pequeñas hogueras y lanzar petardos.

Los vecinos han recogido ya más de 300 firmas que han entregado hace pocas semanas en el registro municipal, solicitando a las autoridades locales que obliguen a quien corresponda a regularizar la situación de la casa, ya que la zona se ha convertido en una auténtica escombrera y una gran fuente de molestias y peligros.