cabalgata de reyes magos

Tarde cargada de ilusión

  • Centenares de portuenses abarrotaron ayer las calles del centro para celebrar la visita de los Reyes Magos · El recorrido estuvo marcado por el buen tiempo

Un año más, los Reyes Magos hicieron su tradicional visita a la ciudad antes de la noche más esperada por los niños. Melchor (José Enrique Rodríguez), Gaspar (María José Barrera) y Baltasar (Antonio Romero Haupold) tuvieron una jornada muy ajetreada, repleta de visitas matutinas, en las que estuvieron acompañados del alcalde, Enrique Moresco, y de diferentes concejales. Los Reyes acudieron al Hospital Santa María, a centros de educación especial y a varias residencias de ancianos durante toda la mañana. Mientras, en el centro Alfonso X El Sabio se repartieron, en medio de unas grandes colas, un total de 900 peluches y 3.000 balones por parte de las personas que encarnaron el año pasado a sus Majestades de Oriente (José Serrato, Benito López Cepero y Miguel Molina).

Ya por la tarde, una multitud aguardaba bajo la agradecida sombra de la plaza del Castillo puesto que, pese a la época del año, el buen tiempo fue la nota imperante durante la primera parte del recorrido. Los asistentes, que no se limitaban a los más pequeños de la casa, conformaron un sendero para, una vez abiertas las puertas del castillo, flanquear a los Reyes hasta la avenida Micaela Aramburu, que los llevaría al Ayuntamiento. Allí estaban apostadas cientos de personas, pugnando por conseguir un buen sitio que les permitiera no perderse detalle.

Millán Alegre, concejal de Fiestas, ejerció de improvisado alcalde en funciones, puesto que Enrique Moresco no pudo dar la bienvenida a los ilustres visitantes debido a problemas de salud. En primer lugar, subieron al escenario el Cartero Real (Joaquín Bellido), la Estrella de la Ilusión (Mar Vázquez) y el Gran Visir (Manuel Pérez, conocido popularmente como El Trompeta). El edil agradeció la visita y pidió "ilusión, salud y trabajo, sobre todo en estos tiempos" para el nuevo año. A continuación, Baltasar tomó la palabra en representación de los tres explicando sus orígenes y los regalos que portaba cada uno. Por último, y tras asegurarse de que todos los asistentes se habían portado bien el año anterior, conminó a los más pequeños a "acostarse temprano y a dejar agua y vino para camellos y Reyes". Así, al son de los acordes de When the saints go marching in, la cabalgata abandonó la plaza del Polvorista por la calle Aurora bajo una lluvia de caramelos. Este año se ha decidido acortar de manera leve el recorrido, por lo que no se llegó hasta Crucero Baleares, sino que se alcanzó la plaza de la Noria por la avenida de la Constitución, volviendo a la zona céntrica por la avenida del Ejército.

A mitad de la tarde, a la altura de la Iglesia Prioral, tuvo lugar la adoración del niño Jesús, en la que los Reyes hacieron entrega del oro, el incienso y la mirra bajo la mirada del párroco, Diego Valle. Como novedad en la edición de este año, cuando la comitiva alcanzó la plaza Isaac Peral, la fachada del recientemente reformado Ayuntamiento fue iluminada. No obstante, la comitiva tuvo algunos problemas para acceder a la plaza debido a la aglomeración de público.

La cabalgata la integraban doce carrozas, entre las que destacaban algunas destinadas a los televisivos 'Bob Esponja' y 'Pocoyó', que estuvieron escoltados en todo momento por una gran cantidad de personas.

Por último, los Reyes volvieron a la plaza de San Marcos para dar por finalizado el recorrido. Allí se repartieron, como colofón, 1.000 balones,que fueron lanzados desde las almenas del castillo.

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