El orden de los tiempos

La Ermita a San Ginés de la Jara

  • Hubo una idea a mediados del pasado siglo que pudo ser realidad. Cada año se organizaría una gran romería con la participación de todos los pueblos de la zona vitivinícola del Marco de Jerez

La idea nace en El Puerto a mediados del siglo pasado siendo el autor del proyecto Don Manuel García Repetto, en su día archivero-bibliotecario de la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia. Se trataba de erigir en un punto donde convergiesen los términos de Jerez, Sanlúcar y El Puerto, una ermita al Santo Ginés de la Jara, bajo cuya advocación se realizan todos los años las faenas de vendimia de nuestra comarca.

La primitiva idea de García Repetto fue magníficamente acogida y aprobada en acta por la Junta de Gobierno de la Academia de Bellas Artes, la que con fecha 28 de mayo de 1958 se trasladó en comisión a Jerez de la Frontera para presentar escrito al presidente de las Fiestas de la Vendimia que en aquella fecha era Don Tomás García Figueras, en el que entre otras cosas se decía lo siguiente: "ý la Fiesta de la Vendimia como culminación de toda la serie de actos que con anterioridad se han celebrado, con esta iniciativa puede reunir al pie de la ermita en devota y alegre romería, en la que los tres pueblos hermanos junten sus plegarias y pidan a San Ginés que siga bendiciendo esas viñas de sus amores y el esfuerzo y quehacer de cada día bajo su paternal proteccióný".

Con aquel expuesto que firmaba Don Alejandro Romero Osborne, Marqués de Arco-Hermoso, la Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia se limitaba escuetamente, ante la Junta Oficial de la Fiesta de la Vendimia, a propugnar la elección de una ermita a San Ginés de la Jara y la celebración de la devota romería por las tres citadas poblaciones, juntamente con su hermandad local al frente, a cuyo objeto habrían de constituirse éstas previamente, en cada localidad, invitando a que se unieran a la celebración todas aquellas poblaciones limítrofes que asimismo dedicaban su principal quehacer a la cosecha y crianza del vino, tales como Trebujena, Chipiona, Rota, Chiclana, etc.

En enero de 1959, vienen a El Puerto el presidente de la Junta de las Fiestas de la Vendimia, el Arquitecto Municipal de Jerez y Don Manuel Barbadillo, de Sanlúcar de Barrameda, los cuales tuvieron un cambio de impresiones en la Academia con los señores directivos de la misma, Don Ramón García Llano, Don Eligio Pastor Nimo y Don Manuel Lojo Espinosa, los cuales después de elogiar y hacer proyectos sobre la idea de García Repetto se trasladaron a la Iglesia Mayor Prioral donde conocieron la imagen de San Ginés que allí se conservaba y que muy probablemente pudo haber sido la que se venerara en la ermita. Asimismo visitaron distintos lugares en la confluencia de los tres términos de Sanlúcar, El Puerto y Jerez, estudiando sobre el terreno el posible emplazamiento de la ermita sin que definitivamente fuese solucionado este extremo.

En el mes de agosto de 1960, los bodegueros de El Puerto y algunos miembros de la Junta de las Fiestas de la Hispanidad, volvían a hablar de la idea de la ermita y la romería de San Ginés, Santo abogado del vino y de las viñas. Parecía que todos estaban de acuerdo y entusiasmados con la idea, existiendo como único problema el señalamiento del sitio exacto, pues aun cuando en El Puerto se opinaba que la ermita debería edificarse en el lugar de confluencia de los términos de las tres poblaciones promotoras, habría de tenerse en cuenta, lógicamente la equidistancia más cabal entre las tres ciudades, a fin de que las tres participasen en su día en todo cuanto se organizase y celebrase alrededor de la misma. No obstante desde Sanlúcar se aportaba un lugar dentro de una viña, con arboleda y agua en abundancia, que podría ser el apropiado para hacer realidad el proyecto.

El asunto que, en su día, tuvo gran repercusión en el ámbito bodeguero de la zona y del que se habló bastante en la prensa local y provincial quedó en el olvido. Los patrocinadores de la idea vieron con desaliento cómo la misma iba quedando postergada indefinidamente. En el año 1966 se hizo un nuevo llamamiento a las autoridades competentes que tampoco fructificó, quedando San Ginés entre las bambalinas de la Academia y La Prioral.

El último episodio del Santo con nuestra ciudad ocurrió a principios de 1975, cuando el hoy restaurador del Museo Municipal Juan José López Amador y su amigo José Ignacio Delgado Poullet, actual técnico de Patrimonio, encontraron dentro de un cajón que a su vez estaba dentro de un nicho en la Capilla de San Pedro en la Prioral, a San Ginés de la Jara convertido en 221 piezas que, pacientemente fueron pegando y colocando en su sitio hasta lograr que la imagen del venerable religioso tomara su forma originaria.

Desde aquel entonces hasta nuestros días, el primer templo portuense custodia entre sus dependencias a la talla de autor desconocido que representa al patrón de los vinateros, al que también se encomendaban los navegantes ante tormentas, tempestades y peligros por naufragios, y que de momento sigue sin la ermita que él nunca pretendió.

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