A pesar de que los presagios eran los más desfavorables, tanto por la falta de una carroza que cumpliera las exigencias de seguridad como por los adversos pronósticos meteorológicos, los esfuerzos y gestiones realizados hasta última hora por la junta directiva de la asociación vecinal El Castillo dieron el fruto deseado y finalmente pudo celebrarse la Cabalgata de Reyes en el Poblado.
Quedaban atrás varias jornadas de incertidumbre, en las que se barajaron distintas opciones. Eran las 11 de la mañana del viernes cuando los Reyes Magos y su cortejo subieron a la carroza cedida por la hermandad de Nuestra Señora del Rocío, decorada por la Concejalía de Fiestas. Durante casi tres horas, niños y mayores rodearon a los Reyes, que trajeron una lluvia de confeti, caramelos y chocolatinas y una tormenta de algarabía, ilusión y risas que hizo olvidar los sinsabores de su planificación.
La intervención de la concejala delegada para el Poblado de Doña Blanca, Carmen Ojeda, resultó decisiva por sus múltiples gestiones durante los días previos, siempre en contacto directo con el presidente de la asociación vecinal, pues gracias a ella y al personal de la Concejalía de Fiestas se alcanzó el acuerdo con los rocieros y el exorno del carruaje.
La asociación El Castillo quiere agradecer "la inestimable ayuda recibida del Gobierno municipal, especialmente de las concejalas Carmen Ojeda y Ana María Arias, así como de la hermandad de Nuestra Señora del Rocío y a todas las personas y entidades que han hecho posible la celebración del evento".
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