Jueves Santo

Y la Aurora volvió a quedarse pequeña

  • La hermandad de la Humildad y Paciencia protagonizó ayer el Jueves Santo con un recorrido en el que, como novedad, el Cristo avanzaba sin la presencia de los sayones y los romanos, que deben ser restaurados

 LA Capilla de la Aurora, sede canónica de la hermandad de la Humildad y Paciencia, volvió a convertirse ayer en el epicentro del Jueves Santo Portuense, con motivo de la salida procesional de sus titulares.

Hasta ahora la Semana Santa ha discurrido sin sorpresas desagradables en cuanto al tiempo se refiere y al contrario de lo que había venido ocurriendo en años anteriores, cuando era raro que alguna hermandad no viese truncados sus recorridos por el mal tiempo, este año hasta ahora  la climatología no se podría estar portando mejor.

Un día  casi veraniego animó ayer a numerosos portuenses a salir a la calle para acompañar en su recorrido por las calles al señor de la Humildad y Paciencia, una de las imágenes más veneradas de la ciudad. En esta ocasión, además, el recorrido estuvo marcado por una novedad, y es que  las figuras que habitualmente aparecían junto al Cristo en el paso de Misterio (dos sayones y dos romanos) no  procesionaban en esta ocasión, de manera que en el paso la única figura era la del Cristo sentado en actitud pensativa.

La hermandad está regida desde hace unos meses por una junta gestora a cuyo frente se encuentra el comisario diocesano Manuel Garzón. Esta junta había decidido que debido a los pequeños desperfectos que sufren las imágenes, como  la presencia de algunas grietas, no era aconsejable exponer a las tallas al daño que les podría causar la salida procesional, ya que con las levantás y el mero movimiento del paso las figuras podrían ver empeorado su estado.

Así las cosas, se ha preferido preservar el patrimonio de la hermandad y en tanto no se tome una decisión sobre la restauración de las figuras, se ha optado porque se queden sin procesionar. Este cambio, no obstante, no restó brillantez al recorrido del Cristo de la Humildad y Paciencia, que debido precisamente a esta circunstancia centraba ayer todas las miradas.

Eran las ocho menos cuarto de la tarde cuando aparecía por la puerta de la capilla de la Aurora la Cruz de Guía de la hermandad, para comenzar después la estación de penitencia en la cercana iglesia Mayor Prioral.

El momento de salida del Cristo por la angosta puerta de la capilla fue seguido, como cada Jueves Santo, por multitud de fieles y también de turistas que pasan estos días sus vacaciones de Semana Santa en la ciudad. 

La banda encargada de poner música al recorrido del paso de Misterio era la de la agrupación musical del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia. La salida de Nuestra Señora del Desconsuelo también era esperada por numerosas personas que llenaban tanto la plaza de España como el acceso a la capilla desde la calle San Sebastián, en el que apenas cabía un alfiler. Es siempre  un momento intenso, ya que debido a la estrechez de la puerta los costaleros deben realizar de rodillas la maniobra de salida.

 Los encargados de acompañar a la virgen eran los miembros de la banda de música Santa Cecilia, de Lebrija.

Una de las imágenes novedosas que destacaron ayer fue el del paso de esta hermandad por la plaza Isaac Peral, ya que esta ruta no formaba parte de su recorrido habitual hasta ahora, llegando hasta la Carrera Oficial pasadas las nueve de la noche a través de las calles San Juan, Zarza, Ganado, Cielo yDescalzos. Con respecto a esta última calle, y teniendo en cuenta la proximidad a la misma del nuevo Ayuntamiento, sería deseable que el gobierno local se apresurara a adecentarla  ya que el tránsito de prácticamente todas las hermandades este año por dicha calle ha servido para poner de manifiesto el mal estado en que se encuentra.

El paso del cortejo por enclaves como la calle Zarza o La Placilla fueron también muy celebrados.

La hermandad de la Humildad y Paciencia cuenta en estos momentos con más de 700 hermanos, de los cuales participaban ayer en la procesión unos 350. 

Tras un intenso recorrido, la Cruz de Guía de la hermandad llegaba de nuevo a su templo hacia las doce de la noche, donde numerosas personas aguardaban también el momento de  la recogida de los titulares de la Humildad. La noche concluía sobre la una de la madrugada con la recogida de Nuestra Señora del Desconsuelo pero la noche estaba aún lejos de concluir, ya que a las cinco de la madrugada tenía prevista su salida el Nazareno, en un recorrido muy especial para la hermandad que  celebra este año su 450 aniversario.

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