La Hermandad de Coria fue uno de los platos fuertes que vivió el numeroso público que se acercó al Vado del Quema en la localidad sevillana de Aznalcázar. El simpecado coriano estuvo en todo momento acompañado de cientos de hermanos que caminaban compactos junto a la carreta y cantando al unísono canciones dedicadas a su estandarte mientras alzaban al cielo sus sombreros.

En las orillas, un nutrido público con neveras y sillas disfrutaban del espectáculo que daba la corporación sevillana. Delante, caballistas y coches de caballos hacían un pasillo a la carreta principal, que se tomó su tiempo en pasar por este enclave rociero en una jornada con marcado acento hispalense por la presencia mayoritaria de hermandades de la provincia de Sevilla.